Perfil (Domingo)

Designacio­nes polémicas de la casera de triaca en el soMu

Sandra Heredia nombró a su ex pareja y a la hija de su novia actual. Por estar ausente, los trabajador­es no cobraron un bono navideño.

- ANDRES FIDANZA

La asadora del ministro, su ex y la hija de su novia actual. Las tres convivían en las oficinas que el SOMU tiene en San Fernando. Durante su paso como intervento­ra en esa seccional bonaerense del sindicato marítimo, Sandra Heredia designó a una ex pareja y a la hija de su novia. Elegida por el ministro Jorge Triaca para regulariza­r la situación del SOMU, pese a su falta absoluta de experienci­a gremial, Heredia nombró a personas de su confianza.

La breve gestión de la nombrada por Triaca dejó otra marca que ahora lamentan los trabajador­es de San Fernando: estuvo ausente en el momento de negociar con las cámaras empresaria­les de los barcos el bono navideño de diciembre pasado. Así, unos 300 marítimos del SOMU perdieron su plus salarial. Ese monto único era de 8 mil pesos para los llamados “paleros” (trabajan en barcos que llevan troncos, por ejemplo de Tigre hacia Papel Prensa) y 6 mil pesos para los lancheros, que se desempeñan en lanchas y catamarane­s colectivos.

Los empleados marítimos de San Fernando suelen cobrar ese bono todos los años, sin conflictos gremiales de por medio. Pero en 2017, bajo la gestión part time de la elegida por el ministro Triaca, se lo perdieron. Heredia solo tenía que avalar el acuerdo, pero en diciembre ya había empezado a menguar su presencia en las oficinas del SOMU. La “prioridad”, según reveló ella misma, la tenía la quinta familiar de Triaca, donde realizaba asados y atendía a las visitas.

Las empresas paleras Ederra y Forestal del Sol, más las lancheras Cacciola, Sturla e Interisleñ­a, sí les pagaron a los capitanes, agrupados en otro gremio. Ahora, los reclamos de las bases recayeron sobre el nuevo secretario general de la filial San Fernando, Hernán de Corte, militante de la lista 26 Naranja. Durante la intervenci­ón macrista del SOMU, Triaca (y Heredia por default) alentaba a la agrupación que terminaría perdiendo las elec- ciones internas: la 20 Celeste.

Otra pesada herencia de la intervenci­ón macrista en San Fernando fue la pérdida de dos puestos de trabajo por barco. El acuerdo histórico con los dueños de los barcos era que emplearan a ocho marineros, cuatro por guardia: uno más por turno que los seis obligatori­os, según normas de la Prefectura. Nuevamente, las empresas aprovechar­on el vacío de representa­ción en la filial y bajaron la cantidad al mínimo reglamenta­rio.

“En una de las reuniones nosotros trabajamos con el SOMU, ellos la conocían y ella quería una oportunida­d más de trabajo, se le ofreció un cargo y lo hizo muy bien”, se excusó Triaca para justificar el nombramien­to de su asadora en el sindicato marítimo.

En abril pasado, Heredia aterrizó de golpe en las tres oficinas que tiene el gremio en San Fernando. En sus primeros dos meses de trabajo, se mostró presente y activa, incluso escuchando los reclamos de los afiliados por las irregulari­dades en el manejo de la bolsa de trabajo. Pero al poco tiempo relajó ese rigor, según recuerda un compañero

l igual que Heredia, por la seccional de San Fernando pasaron otros empleados sin demasiada experienci­a. Si bien en esas oficinas solía haber cuatro o cinco, el año pasado la lista se estiró a ocho. Una de las nuevas contrataci­ones fue la de una joven llamada Aldana, hija de la actual pareja de Heredia (a quien conoció en un bingo). Aldana todavía cumple la función de maestranza en el SOMU. A esa filial bonaerense también se sumó Melina, ex novia de la asadora de Triaca.

“ella quería una oportunida­d, se le ofreció un cargo y lo hizo muy bien”, decía el ministro

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