El cupo femenino, lejos de cumplirse
Dentro del ámbito sindical es muy difícil encontrar mujeres líderes. Si bien la Ley 25.674, de cupo femenino en los sindicatos, está sancionada desde noviembre de 2002, aún hoy sigue sin cumplirse: “Cada unidad de negociación colectiva de las condiciones laborales deberá contar con la participación proporcional de mujeres delegadas en función de la cantidad de trabajadoras de dicha rama o actividad”, sostiene la norma. Incluso dentro de la CGT, hay pocas mujeres secretarias. Desde 2016 se vienen realizando encuentros nacionales de mujeres sindicalistas de la Corriente Federal de Trabajadores y Trabajadoras de la CGT, donde algunos de los lemas sobre los que se hace hincapié son “porque el mundo laboral está colmado de mujeres, lo mismo debe suceder en las or- más jóvenes de La Bancaria y de Smata: “Hoy se ve mucha sangre nueva y esto de creer que todos son sucios y malos es un mito”.
A nivel mundial, se habla de una amenaza al poder sindical debido a la inteligencia artificial y a la gran pérdida de ma- ganizaciones sindicales; porque este gobierno está realizando un ajuste al empleo y la principal variable de ese ajuste somos las mujeres; porque sigue sin ser reconocido el trabajo que hacemos en nuestros hogares; para que paren las violencias hacia nuestros cuerpos; para que cada minuto de cada día seamos todas y todos un poco más conscientes de que la sociedad mejor, con igualdad y justicia social, llegará también con igualdad de género”. Una de las pocas líderes mujeres sindicales es Laura Córdoba, quien lidera la Secretaría de la Mujer del Sindicato de Camioneros, quien lamentablemente no tuvo el aval de poder participar de esta nota. Una de las tareas que se destacaron dentro de la secretaría fue una campaña de concientización de la violencia de género dentro de los ámbitos laborales, bajo el eslogan “Callar duele”. no de obra que puede llegar a traer el avance de la tecnología. “Todo el mundo del trabajo hoy está amenazado a nivel global y eso hace que los políticos mismos se pueden preguntar: ¿para qué me voy a pelear con estos tipos si en diez años ya no van a existir más? Dentro de poco, hasta el transporte va a cambiar tanto que quizá Moyano ya no tenga más el peso que tiene. Entonces, uno puede llegar a pensar que estas peleas de hoy son con el pasado. Hay que ver qué sucederá con el empleo en 2030”, concluye Berensztein.