Gran rechazador de premios
Siempre está la posibilidad de rechazar un premio, por muy importante que este sea. Jean-Paul Sartre rechazó el Nobel de Literatura en 1964, aduciendo que aceptarlo comprometería su integridad de escritor. Boris Pasternak, el futurista ruso autor de Doctor Zhivago y compañero de andanzas de Vladimir Maiakovski, también rechazó el Nobel en 1958. Harry Sinclair Lewis, si bien aceptó el Nobel, unos años antes no había aceptado el Pulitzer. Y quizá algo más desconocido fue el decreto que dictó Hitler en 1937 prohibiendo que cualquier ciudadano alemán aceptara este premio. Pero quizá el caso más atípico de todos es el del austríaco Peter Handke, quien a estas alturas es un rechazador serial, ya sea donando el dinero o rechazando de plano el premio. Todo empezó a fines de la década del 70, cuando se le concedió el Premio Franz Kafka de la ciudad de Klosterneuburg (veinte años después ganará el Premio Franz Kafka de la ciudad de Praga): en su discurso, sorpresivamente, decidió donar el dinero a dos escritores. “Me complace dejarme alentar por el premio que lleva el nombre del maestro”, dijo en la premiación, “y estoy profundamente agradecido; un ‘pueblo lector’ tiene, no obstante, mayor importancia para mí. El abundante dinero quisiera cederlo, como llamada de atención sobre dos autores, al suizo Gerhard Meier, cuya novela La isla de los muertos acaba de publicarse, y al joven austríaco Franz Weinzerd”. Pero Handke no hizo esto una sola vez, ya que en 2008, cuando obtuvo el Premio de Literatura Thomas Mann de la Academia Bávara de Bellas Artes, donó el dinero a esta academia; cosa similar hizo con uno de los primeros premios que obtuvo, el Georg Büchner: tras 15 años devolvió el dinero. También en 2008 renunció a participar en el Premio al Libro Alemán luego de haber quedado entre los veinte preseleccionados. Sin duda, la donación que más llamó la atención –por la suma que el premio implicaba– fue la del Premio Internacional Ibsen 2014 (300 mil euros). No contento con ello, el escritor austríaco ha rechazado más premios: el Anton Wildgans en 1985 y el Henrich Heine de la ciudad de Düsseldorf en 2006 (50 mil euros), tras lo cual grupos parlamentarios del ayuntamiento se opusieron al fallo del jurado por la posición que había tomado el autor en la Guerra de los Balcanes (para él, todas las facciones –serbios-bosnios, croatas– habían cometido crímenes brutales), lo que llevó a Handke a renunciar al galardón. Al año siguiente, y por iniciativa del teatro Berliner Ensemble y como manera de reparación, se le concedió el Premio Heinrich Heine de la ciudad de Berlín, pero él nuevamente donó el dinero. En total, Handke ha renunciado a la mitad del dinero que da el Nobel de Literatura (950 mil euros), es decir, casi medio millón de euros.