Ser un eslabón en la cadena
Tal como afirma Pau Verrié (ex directivo de la Universidad Pompeu Fabra y uno de los fundadores de Red de Educación Continua de Latinoamérica y Europa - Recla), si se asume que la educación continua es una línea de actividad con entidad propia y que su ejecución requiere dotarla de fórmulas de colaboración con agentes exteriores a la universidad, parece evidente que difícilmente se pueda llevar adelante este objetivo sin crear una estructura organizativa propia con responsabilidades claras en cuanto a la gestión de los programas, tanto desde el punto de vista académico como económico. La educación continua debe ser parte es- tructural del modelo educativo de las universidades, con orientaciones y estrategias precisas, que respondan a estándares de calidad. La educación continua requiere ser considerada como una herramienta que contribuye a reducir la brecha ocasionada por el acelerado desarrollo científico-tecnológico y la falta de equidad en el acceso. La educación superior debe establecer una normatividad que propicie el desarrollo de la educación continua y favorezca su necesaria articulación con la docencia, investigación y extensión, además de tener claridad en cuanto a la definición del concepto y características, para su adecuada instrumentación (Anuies 2010).