Perfil (Domingo)

Macri imagina a un Moyano preso después de la marcha

En el Juzgado Nº 8 de lomas de Zamora avanza la causa que más compro mete al hijo d eh ugomoy ano, por irregulari­dades en independie­nte. Podría quedar detenido. El oficialism­o trabaja contrarrel­oj para vaciar el acto del miércoles de dirigentes de peso.

- EZEQUIEL SPILLMAN

Estamos en un punto sin retorno, ya estamos evaluando cómo va a crecer el conflicto”. Uno de los hombres de consulta del presidente Mauricio Macri no tiene ninguna duda: la marcha del 21F convocada por Hugo Moyano será una suerte de “declaració­n de guerra” contra el Gobierno, que trabaja contrarrel­oj para “vaciar” la movilizaci­ón de sindicalis­tas de peso. Todo bajo un condimento extra: como telón de fondo aparece una causa que complica a Pablo Moyano, secretario adjunto de Camioneros y mascarón de proa del clan familiar en su ofensiva contra el oficialism­o. La madeja judicial que más preocupa a Hugo es, justamente, la que afecta a su combativo hijo. El Gobierno, a sabiendas, espera que entre marzo y abril haya novedades e, incluso, hay quienes deslizan que podría terminar preso.

Fuentes judiciales adelantaro­n a PERFIL que el Juzgado de Garantías Nº 8 de Lomas de Zamora, a cargo de Gabriel Vitale, avanza en las irregulari­dades detectadas en Independie­nte por desvío –y presunto lavado– de dinero en distintos negociados de la barra brava. El fiscal adjunto de Lomas, Sebastián Scalera (el mismo que llevó la causa por La Salada), no se quiere apurar a llamarlo a indagatori­a. “Estamos trabajando, no está madura la fruta aún y no podemos fallar”, le cuenta una fuente cercana a la causa a este diario. Dos datos claves: la investigac­ión cuenta con el apoyo de la Gobernació­n bonaerense y de la Procuració­n General, cuyo titular y jefe de los fiscales de la Provincia, el abogado Julio Conte Grand, fue, hasta noviembre de 2016, secretario de Legal y Técnica de María Eugenia Vidal.

En el oficialism­o no dudan acerca de la causa sobre Pablo. “Está muy complicado y eso va a terminar con un efecto de espiraliza­ción del gremio, y ahí se abre otro juego”, comenta una fuente oficial. Y agrega que ya hay funcionari­os y analistas mirando muy de cerca al sindicato de Camioneros si la situación del clan Moyano se complica y deciden bloquear el país. En otras palabras: por primera vez, el Gobierno analiza intervenir el gremio si se desmadra el conflicto. Es una hipótesis de trabajo a la que el ministro del área, Jorge Triaca, no quiere llegar. Pero, por las dudas, ya mandó a auditar el sindicato con la Dirección de Asociacion­es Sindicales para que presenten balances adeudados.

De todas formas, en el oficialism­o admiten que un Moyano debilitado igual es complicado: “Hoy Hugo es un león hervíboro, quizá no te mata pero te come un brazo”, lo definen.

Por ello, el Gobierno trabaja en aislar de representa­tividad sindical la marcha del 21F. No en términos de convocator­ia sino en cuanto a los caciques gremiales que allí desfilen.

el acto del miércoles en la 9 de Julio es para la casa rosada una “declaració­n de guerra”

“Los que vayan van a quedar pegados al kirchneris­mo y se van a sacar una foto con los Moyano, Baradel y Yasky”, aseguran en la Casa Rosada.

Además de Triaca, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, puso su grano de arena: cerró el acuerdo paritario con José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) en el orden del 15%, y se prepara para hacer lo propio con Gerardo Martínez (Uocra) por un porcentaje similar. El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, viene de poner su cuota: colaboró para que los transporti­stas de la UTA y los maquinista­s ferroviari­os no se sumen a la marcha.

Dos conflictos más acechan a Moyano: los pases de factura de gremios a los que les sacó afiliados o castigó cuando era muy poderoso, y por el otro las cámaras empresaria­s con las que Pablo viene peleándose sistemátic­amente. Sin retorno. A todo esto, el vínculo con Macri está severament­e dañado. Siguen sin hablar y los vasos comunican- tes están rotos: ni Triaca ni el vicejefe porteño, Diego Santilli, están mediando para recomponer la situación.

“No es un enojo personal, es político, el Presidente ve irracional a Hugo y observa también que decidió recostarse en la locura que tiene Pablo”, reflexiona un importante funcionari­o de la Casa Rosada. La irracional­idad, leída en clave macrista, tiene que ver con la intransige­ncia del cacique sindical. No querer discutir un nuevo convenio colectivo de trabajo para Camioneros, ni tampoco debatir los costos de logística que complican la productivi­dad para varios sectores. Las parábolas del poder: tras dos años iniciales complicado­s, entre 2009 y 2015 la relación Macri-Moyano fue cada vez mejor. Hubo paz política y acuerdos en los negocios. Cuando llegó a la Rosada, el líder del PRO pensó en replicar ese modelo y que el camionero sería la clave para alcanzar nuevos acuerdos con el sindicalis­mo. Hoy está en la vereda de enfrente.

Triaca ya mandó a auditar el gremio. Si se desmadra el conflicto, podrían intervenir­lo

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PABLO. El adjunto de Camioneros es la cara más dura de los Moyano contra Macri.
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