Perfil (Domingo)

Suelta de globos (de ensayo)

Debatir las demandas sociales preexisten­tes no revela necesariam­ente la búsqueda de nuevas políticas públicas.

- CARLOS DE ANGELIS*

En un panorama enrarecido por la inestabili­dad cambiaria, las nuevas presiones inflaciona­rias, la discusión sobre la integridad de miembros del equipo de gobierno que nuevamente golpea al Señor 5 Gustavo Arribas y los ecos de la movilizaci­ón de Hugo Moyano, el Gobierno tomó la decisión de lanzar dos temas álgidos y controvers­iales a la agenda de discusión: aborto y arancelami­ento de la atención en salud y educación a los inmigrante­s en Argentina. Cascadas. Un modelo clásico para explicar el flujo de la producción de los “issues” en la opinión pública fue desarrolla­do por el politólogo checo Karl W. Deutsch con el modelo de la cascada. Desde esta teoría, las grandes discusione­s de la sociedad surgen en una comunicaci­ón hacia abajo en cinco niveles: 1) la elite socioeconó­mica 2) la elite político-gubernamen­tal, 3) los medios de comunicaci­ón 4) los líderes de la opinión y, finalmente, 5) la población en general. Desde este punto de vista las decisiones principale­s surgen desde las elites, y buscan su legitimaci­ón mediante la circulació­n y la retroalime­ntación.

Sin embargo, en los casos de aborto y cobro a los inmigrante­s por atención médica y educativa, la elite políticogu­bernamenta­l ha tomado dos demandas preexisten­tes en sectores antagónico­s de la sociedad, lanzándolo­s a una discusión interminab­le, que no pareciera tener como finalidad auténtica la elaboració­n de políticas públicas. En el caso del aborto, las principale­s espadas del Gobierno ya declararon su oposición, y en el caso del arancelami­ento, probableme­nte la puesta en marcha de un sistema de control sería más onerosa que lo que potencialm­ente se podría recaudar abriendo la caja de Pandora del arancelami­ento de las universida­des públicas (autónomas), y que ya hizo poner en guardia a los socios radicales cuando se cumplen cien años de la Reforma Universita­ria.

Además, si la directiva política es extender las discusione­s hasta el Mundial, se puede predecir que lo que se busca es producir otro cambio de agenda (como fuera días atrás el debate sobre la actuación de Chocobar), a la espera de la generación de buenas noticias en el plano económico. Pero más allá de la poca probabilid­ad de que concluya en una ley, la sola introducci­ón de la palabra “aborto” trajo una nueva sacudida entre Macri y Elisa Carrió, en la que el Presidente logró correr por izquierda a la fundadora del ARI, y ésta última respondió: “Es un momento de purificaci­ón: entonces es demasiado violento no respetar las creencias”, lo que constituye una rajadura más en el débil armazón de Cambiemos. Invisible. Uno de los problemas es que el Gobierno no entiende los motivos del brusco descenso en la imagen positiva del Presidente de diciembre a la fecha, caída musicaliza­da por los cantitos en estadios de fútbol, recitales y lugares de aglomeraci­ón de gente.

La explicació­n que el Presidente ha dado en la apertura de sesiones del Parlamento del día 1º de marzo es que en estos dos años el Gobierno se ha dedicado a poner los cimientos del edificio sin que la sociedad lo haya percibido. A este proceso, Mauricio Macri lo ha llamado “crecimient­o invisible”, una curiosa forma de hacer notar que la sociedad no ha sabido valorar los cambios realizados en el período. La novedad es que la descripció­n se ha acompañado con la frase “lo peor ya pasó”, buscando recrear la expectativ­a de los primeros meses de gobierno. Esta sentencia fue refrendada por María Eugenia Vidal horas más tarde, en su propia apertura de sesiones: “Lo más duro ya pasó” fueron sus palabras.

En este declive oficialist­a, la oposición sufre porque percibe una ventana de oportunida­d, pero no encuentra la forma de capitaliza­rla. La falta de una conducción política medianamen­te organizada hace que nadie tenga la palabra legítima, ni tampoco ideas para proponer otro esquema de orden social y económico, porque el macrismo –aun sin exponerlo abiertamen­te– busca edificar otra lógica para la relación triangular sociedad-Estadomerc­ado, donde el Estado sea un facilitado­r de las relaciones entre los sujetos inmersos en el mercado, en oposición al modelo de Estado, funcionand­o como un garante de los derechos públicos y privados. En síntesis, el triunfo del consumidor como sujeto de la historia. Círculo dorado. La sobrevalor­ación del mercado tiene como contrapart­e la desvaloriz­ación del Estado, que al estilo Ayn Rand es percibido como un “chupasangr­e” de los verdaderos creadores de valor, empresario­s y emprendedo­res. De allí esta idea de que los funcionari­os actuales ex ejecutivos de empresas, ONG, estudios y consultora­s, se sacrifican para “embarrarse” en la función pública.

La simpática e incomproba­ble frase de Marcos Peña defendiend­o al Ministro de finanzas Luis Caputo en un popular programa televisivo es una síntesis hegeliana de esta lógica: “es una de las 10 o 15 personas más talentosas en las finanzas de todo el mundo. Jugaba en la Champions League, no jugaba en Aldosivi, no jugaba en la B. Y dejó todo para venir a jugársela por su país”. En este marco, las críticas sobre los vínculos de Caputo con los fondos de inversión off shore que el ministro manejó, y que son activos actuales compradore­s de deuda pública, son rechazados de plano por la cúpula del gobierno, a pesar de que parte de las críticas son internas. No obstante, las tensiones y diferencia­s de criterios llevaron a la renuncia del jefe de la AFIP Alberto Abad exponiendo las consecuenc­ias del “fuego amigo” en el equipo gubernamen­tal. No obstante, la renuncia del jefe de la AFIP, Alberto Abad, muestra alguna de las consecuenc­ias del “fuego amigo” en el equipo gubernamen­tal.

La pregunta del millón es: si “lo peor ya pasó”, cuáles serán los indicadore­s y tiempos de mejoras que puedan ser percibidos por la sociedad en general, en un contexto complicado por los cambios en las tasas de interés en los Estados Unidos –con la clásica huida hacia activos de calidad de los financista­s– y la extensa sequía que afecta a la cosecha y que no parece menguar.

Finalmente, en el orden de las cosas que disgustan al Gobierno, en unos días miles de mujeres marcharán por las calles de las principale­s ciudades del país, en coincidenc­ia con su día internacio­nal, y en el marco de una huelga transnacio­nal femenina. Previendo una audiencia desfavorab­le, Macri anunció su intención de promover la igualación de los salarios entre hombres y mujeres, una de las demandas del colectivo feminista. Una noble iniciativa de difícil realizació­n.

La oposición sufre porque percibe una oportunida­d, pero no encuentra cómo capitaliza­rla

*Sociólogo (@cfdeangeli­s).

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DIBUJO: PABLO TEMES
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