Laboratorios en pie de guerra por paMi
Quiénes son los pesos pesados de las empresas en la cámara que enfrenta al Gobierno. por qué denuncian un pacto con las multis. roces personales y un contrato de $ 30 mil millones.
“Claro que apareció el cumpleaños de Alejandro Roemmers en la negociación”. Así, abiertamente, el interventor del PAMI, Sergio Casinotti, reveló hasta qué punto se tensó el vínculo entre el Gobierno y los dueños de los laboratorios nacionales durante la negociación por el convenio de medicamentos que usan los afiliados a la obra social de los jubilados.
La megafiesta de uno de los hijos de Alberto Roemmers, que costó, se estima, US$ 10 millones en Mar r uecos en febrero, elevó hasta el roce personal la presión oficial con el propietario de la empresa homónima que factura $ 6.100 millones con productos como el Lotrial, que usan miles de mayores para atenuar la presión alta. Detalles. El lunes pasado, cerca de las 23, le ponían la rúbrica al nuevo acuerdo el propio Casinotti y Caludio Riganti, apoderado de la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos de la Argentina (Cilfa), que hoy por hoy, es un antro de críticas furibundas hacia la gestión de Mauricio Macri. “No se puede negociar con una pistola en la cabeza, hubo llamados directos a los dueños, cuando acá siempre negociaron los gerentes”. Se trata de un convenio que vale mil enojos: son de $ 30 mil millones, el 40% de todo el mercado farmacéutico en el que el PAMI es el principal cliente.
Los laboratorios lo niegan, pero la Defensoría de la Tercera Edad asegura que desde 1997, en tiempos de Víctor Alderete, el contrato de provisión de remedios al PAMI se renovaba anua lmente a gusto de los laboratorios de Cilfa, junto a la otra cámara nacional, Cooperala, y la de los extranjeros, nucleados en Caeme. La firma de este acuerdo por el que habrá una reducción del 5% sobre los precios del 28 de febrero, y se limitan a subir hasta el 70% de lo que suba la inflación, justamente, se empezó a destrabar cuando se rompió ese frente. De afuera. Por el Gobierno, negoció Gustavo Lopetegui, vicejefe de Gabinete, que comparte piso, pared de por medio, con su par, Mario Quintana, creador de la cadena Farmacity y eterno enemigo de los laboratorios.
La primera estrategia fue, justamente, cerrar primero un trato con las multinacionales. Una clave fue prometer posibles cambios en la regulación de patentes que los favorezca. “Caeme firmó antes rompiendo un bloque que operaba junto hacía veinte años, seguramente presionarán por patentes para cobrar esta ayuda”, cuenta Cristina Kroll, directora del portal especializado PharmaBiz.
De hecho, el Gobierno ya ha- bía mostrado que laboratorios internacionales, como Pfizer, eran proclives a ofrecer precios más bajos como los de la licitación conjunta que había hecho el Estado para comprar factor 8 para hemofílicos, donde el ahorro fue de $ 1.500 millones. “Pfizer ofreció ese precio porque tenía material ocioso de un contrato que se le cayó en Brasil”, reniegan acá. Y anticipan que para las próximas licitaciones que se acordaron para medicamentos oncológicos, donde la Casa Rosada también aspira a hacer compras consolidadas, “no habrá ahorros semejantes”. Habrá que ver. Velitas. Parte de estos quejidos surgió, como reveló el periodista Francisco Olivera, en otro cumpleaños, el de Alberto Alvarez Saavedra, accionista del laboratorio Gador, también del top five de ventas con casi $ 6 mil millones, y el Alplax, entre sus marcas más conocidas. Alvarez Saavedra festejó sus 70 y canalizó allí por segunda vez broncas oficiales, ya que es se-
empresas del exterior esperarían ahora un marco más flexible en temas de patentes