Los ex barones del conurbano, de la nueva vida a la añoranza por volver
Othacehé volvió al estudio jurídico que fundó en 1974. curto es guía de su propio museo peronista. cariglino, entre la heladería y la cervecería.
Durante largos años supieron tener el control de sus territorios y así ser dueños y protagonistas de la política de la provincia de Buenos Aires. En 1983, con el regreso de la democracia, Manuel Quindimil inauguró la era de los “barones del Conurbano” al asumir la intendencia de Lanús, en la que se mantuvo por 24 años. Lo imitaron otros jefes distritales, quienes tuvieron el dominio del populoso conurbano. Sin embargo, muchos de ellos sufrieron duras derrotas. ¿Qué pasó con estos históricos caudillos?
Después de dos años y medio de perder la intendencia que gobernó durante 24 años (1991-2015), a Raúl Othacehé le es difícil encontrar compañeros para jugar al golf. Atrás quedaron las tardes de sábados en las que, siendo jefe comunal, sus amigos, dirigentes y empresarios lo llamaban para encontrarse en el campo. Ahora se lo suele ver solo, incluso días de semana, en la cancha que posee el Golfer’s Country Club, en donde tendría una de las 22 propiedades que investigan en el marco de una causa por supuestos delitos de enriquecimiento ilícito, fraude y lavado de dinero.
Durante su gestión, supo acumular distintas denuncias por violaciones a los derechos humanos pero fue el año pasado cuando por el avance de los procesos judiciales en su contra, Othacehé prefirió mantenerse al margen de la elección. Cambió las gigantografías en las que promocionaba su ges- tión por cartelería en la que se publicita como abogado. “Defendemos sus derechos, cumplimos lo que prometemos”, dice el anuncio. A los 72 años, el ex intendente volvió a atender el estudio que abrió en 1974.
Hugo Curto ganó la primera elección como intendente en 1991 y al igual que Othacehé y Quindimil, se mantuvo 24 años en el palacio municipal de Tres de Febrero. A diferencia de otros derrotados, consiguió tener un buen vínculo con el ac- tual jefe comunal de Cambiemos, Diego Valenzuela. Ahora, el ex intendente pasa sus tardes en la Fundación Amigos de la Causa del Pueblo, en donde instaló su propio museo con los objetos que recolectó durante la gestión y debió sacar de su despacho cuando perdió. Cuando alumnos de distintas escuelas y universidades visitan la fundación, Curto hace de guía. Muestra desde una escultura de Perón hasta cuadros, fotos, banderines y camisetas de fútbol, entre otros. Pero lejos de retirarse de la política, en 2019 quiere volver a la intendencia. Hasta hace unas semanas, Curto conservaba el control de la Junta Electoral del PJ bonaerense, cargo codiciado por muchos ya que es desde donde se habilitan las listas electorales. Sin embargo, acaba de perder el puesto. Tanto él, como Othacehé y el resto de los barones que fueron derrotados en sus municipios también quedaron afuera de los más de 300 cargos que se renovaron este año en el partido. Por el regreso. Jesús Cariglino asumió la intendencia de Malvinas Argentinas en 1995 y comandó el distrito hasta 2015. Al perder la elección, pegó el salto y ahora apoya a María Eugenia Vidal. Su hijo consiguió ingresar como concejal del bloque de Cambiemos en los comicios de 2017 y con este sello planean volver a la intendencia. Sin embargo, Cariglino pisa poco Malvinas Argentinas y nunca participó de los timbreos que el oficialismo realizó en este territorio. Con denuncias en su contra, se refugia en San Miguel, en donde sus hijos tienen distintos negocios. El ex intendente pasa sus tardes entre una heladería tradicional de la zona y la cervecería Jemmer, que instaló uno de sus hijos en Muñiz.
Mariano West llegó a la intendencia de Moreno en 1995, cargo que revalidó cuatro años más tarde y al que regresó en 2011 luego de ser funcionario provincial y diputado. En 2015 perdió la interna contra Wal-
West inició los trámites de jubilación y visita varias veces la anses de Moreno