Vota Paraguay: un ‘hijo del stronismo’ es favorito y lugo se alía a sus ex verdugos
Mario abdo Benítez, hijo de un hombre clave de la dictadura, lidera las encuestas. se enfrenta a un pacto entre el ex mandatario y los liberales que lo destituyeron en 2012.
Con un “hijo del stronismo” al frente de las encuestas y una alianza opositora contra natura como principales ingredientes, Paraguay va hoy a las urnas para elegir al sucesor del presidente Horacio Cartes. Los últimos sondeos dan una amplia ventaja a Mario Abdo Benítez (Partido Colorado), hijo de uno de los hombres de mayor confianza del ex dictador Alfredo Stroessner. Para enfrentar a Benítez, su rival Efraín Alegre (Partido Liberal Radical Auténtico) se asoció con el ex presidente Fernando Lugo, a quien los liberales y el propio Alegre ayudaron a destituir en un proceso parlamentario irregular en 2012.
Según las encuestas, Benítez podría superar a Alegre por unos veinte puntos porcentuales (ver infografía). Marito, como se lo conoce popularmente en Paraguay, tiene 46 años y se llama igual que su padre, quien fue el secretario privado de Stroessner y uno de sus laderos más cercanos. Junto a su amigo A lfredo “Goli” Stroessner, nieto del ex dictador, Benítez fue fundador del movimiento Paz y Progreso, una rama stronista del Partido Colorado. Marito nunca El colorado Benítez busca suceder a Horacio Cartes (izq.). Para eso tendrá que derrotar al liberal Efraín Alegre (der.). ocultó su admiración por los “logros” de la era Stroessner, aunque durante esta campaña electoral optó por condenar las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura que integró su padre. “Obviamente que las enormes falencias que tuvo el gobierno de Stroessner son indefendibles”, dijo a este diario en una entrevista publicada en noviembre pasado. Aunque es el candidato del oficialismo, Benítez está lejos de comulgar con Cartes. De hecho, derrotó a la facción que responde al presidente en las internas del Par tido Colorado, la fuerza que gobernó Paraguay durante las últimas seis décadas, con excepción del período 2008-2012. Durante la crisis política desatada en marzo de 2017, luego de que legisladores que respondían a Cartes intentaran forzar el reglamento del Senado para aprobar una enmienda constitucional que permitiera la reelección del mandatario, Benítez le jugó en contra al actual presidente. Borrón y cuenta nueva. “Dicen que somos una bolsa de gatos porque nos tienen miedo”, responde Alegre cuando le achacan que hoy integra una alianza electoral con el Frente Guasú de Lugo, a quien él mismo ayudó a destituir seis años atrás, durante el proceso de impeachment parlamentario contra el ex mandatario. Ese acuerdo es fruto del pragmatismo más elemental: Lugo, candidato a senador, conserva un núcleo duro de votos que podrían convertir a su espacio político en una especie de árbitro entre colorados y liberales en el Parlamento.
“En Paraguay siempre hay una mayoría estable colorada, pase lo que pase, y es invencible si los demás partidos se presentan en soledad –dijo a PERFIL el analista político paraguayo Alfredo Boccia Paz–. Frente a esa realidad, las diferencias ideológicas recientes entre Lugo y sus ex “verdugos” pasan a un segundo plano. La alianza es fruto de la necesidad. A su vez, hay otra constante: cuando el Partido Colorado gana cómodo, inmediatamente después una parte del propio partido se convierte en oposición. Es una fuerza bifronte”.