Una bestia informe
cente, por ejemplo, caiga en las garras del monstruo, lo que finalmente ocurre) y horror (ante detalles puntuales de la carnicería), y agrega la incertidumbre, a través de preguntas sin respuesta (como la relación con los episodios históricos, que apenas ingresan al texto, apagados por la percepción extraña del protagonista). También guionista de la película Necronomicón, Romero esquiva los estereotipos e inquieta con nuevos recursos al lector. De otro mundo Los proyectos Muerde Muertos y PelosdePunta, que dio lugar a La otra gemela, dan cuenta de otra novedad: series editoriales donde el terror tiene un lugar predominante. “Que hoy el terror esté más presente, creo, tiene que ver con que los escritores de mi edad o más jóvenes se formaron como lectores leyendo el género, o el fantástico más cercano a la ficción weird –dice Mariana Enríquez–. Leyeron de chicos a King y a Ray Bradbury y muchos a Clive Barker; recuerdo que en las colecciones de literatura juvenil que yo compraba estaba Otra vuelta de tuerca de Henry James, por ejemplo”.
No solo se trata de literatura. “Además un escritor tiene múltiples influencias y mi generación está marcado por el cine de terror, también, desde Alien hasta Pesadilla o El resplandor. Creo que el género entró en nuestras lecturas y sensibilidad y eso termina apareciendo en la producción”, agrega Enríquez.
Mientras el relato policial reconoce formas determinadas en torno a la narración de un crimen, y concepciones ya estereotipadas sobre su aspecto social, el terror parece ofrecer mayores posibilidades de escritura.
“El terror nos hace dudar de lo que nos rodea, de lo real –dice al respecto Luciano Lamberti–. En ese sentido se vuelve una forma de conocimiento, o de cuestionar el conocimiento adquirido, muy fuerte. Podemos ser escépticos, superados y ateos, pero hay en nosotros un resquicio de creencia en otro mundo, en la posibilidad de que ese otro mundo se confunda con lo real, que es muy fuerte”.
Las confusiones de lo real con otras dimensiones son constantes en los cuentos de La casa de los eucaliptus, como los gemelos dementes que despedazan a su madre, en “Muñeca”, las apariciones de la Virgen en “Santa” o el ente llamado La Visita que ordena los crímenes que comete un médico en el relato que le da título al libro. También hay variaciones paródicas en torno