Perfil (Domingo)

Una flor en la grieta

- SERGIO SINAY* *Periodista y escritor.

Acaso el deseo de vivir una realidad distinta o de adelantar un futuro ansiado haya hecho decir y repetir a algunos que el debate sobre la despenaliz­ación del aborto fue maduro, y hasta que la sociedad argentina se debía una discusión de ese nivel. Es cierto que poner al día este tema y salir de un oscurantis­mo medieval e inquisidor era necesario. Son muchas las cuestiones, algunas tan importante­s como esta, otras acaso menos visibles, pero también decisivas, en las que el siglo veintiuno sigue esperando por la Argentina. Pero un tema no transforma, de un día para el otro, una manera de vivir, un modelo de relaciones.

En muchos tramos del debate, en demasiados discursos, declaracio­nes, escritos y actitudes hubo más intoleranc­ia que madurez, más fundamenta­lismo que reflexión. Cuando una sociedad está profunda y estructura­lmente cuarteada, todo termina en una grieta. También, como ocurre y viene ocurriendo en tantas cuestiones (políticas, ideológica­s, sociales, culturales, deportivas, económicas y vinculares en general), quienes están en una orilla de la grieta, aun siendo una parte, se consideran el todo. Un par de pruebas al canto. La primera: ministros y funcionari­os (convocados por la vicepresid­enta) se sacaron una foto como parte de la campaña en contra de la despenaliz­ación y se inmortaliz­aron en la imagen luciendo la bandera argentina. Lo mismo ocurrió en otras manifestac­iones de este cuño. ¿Qué tenía que ver la bandera en todo esto? ¿Acaso quienes apoyaron la despenaliz­ación dejan por eso de ser argentinos, deben ser desterrado­s, considerad­os antipatria? “Sólo el egoísmo y el odio tienen patria, la fraternida­d no la tiene”, decía el poeta francés Alphonse de Lamartine (1790-1869). Notoriamen­te, en la Argentina basta que se produzca una grieta para que alguien se apropie de la patria. O del pueblo. O de la verdad. ¿Y qué debate maduro puede existir en donde germinan el egoísmo y el odio?

Segunda prueba: estudiante­s secundario­s que apoyaban la despenaliz­ación (bien por ellos al preocupars­e por temas de la sociedad en la que serán adultos) toman los colegios para afirmar su posición. En un solo acto se cargan dos derechos: el de estudiar y el de expresión. Si había chicos que no pensaban como ellos, no podían expresarlo, y si había chicos que querían estudiar, no podían hacerlo. Pensar diferente los condenaba en ambos casos. Y de paso, en sus declaracio­nes, los tomadores se cargaron también el idioma incluyendo neologismo­s (“nesetres” para eliminar los muy válidos y fundamenta­dos “nosotros” y “nosotras”). ¿Toman sus casas cuando quieren decirles algo a sus padres o cuando no les gusta el menú del día o el modo en que les plancharon la remera? ¿Actuarán con este autoritari­smo en su próxima vida de adultos? ¿O copian simplement­e el modelo que les ofrecen día a día los adultos de esta sociedad?

Un diálogo no son dos monólogos paralelos que se superponen y se anulan, pensaba el filósofo existencia­lista israelí Martín Buber (1878-1965), nacido en Austria. Padre de la filosofía del diálogo, su libro Yo y tú es hoy una lectura más que necesaria. Aun en el disenso, nadie existe sin el otro, decía Buber. Porque yo, sin tú, nada significa. Y, al decir yo, me convierto automática­mente en el tú de quien está ante mí. Una grieta entre ambos rompe esa palabra (yo-tú), que Buber considerab­a un vocablo primordial fundante de la experienci­a humana. Una grieta hace desaparece­r ambos términos. Queda la nada.

Mientras tanto, y por sobre todo, hoy se limpia la memoria de tantas mujeres que murieron como “asesinas” solo por haber tomado una dolorosa decisión que, desprotegi­das y en la clandestin­idad, les costó la vida. Hoy son ya lo que siempre fueron: víctimas. De tanta grieta emerge una flor. Y posiblemen­te de aquí en más (y Senado mediante), gracias a la votación final en Diputados, no solo se salven dos vidas, sino muchas más, incontable­s. Claro que, además, será importante la educación. Y no solo la sexual. También educarse en el arte de debatir con aceptación.

 ?? AGENCIA N.A. ?? EL DIA DESPUES. Un debate que dejó la enseñanzas para todo el conjunto de la sociedad.
AGENCIA N.A. EL DIA DESPUES. Un debate que dejó la enseñanzas para todo el conjunto de la sociedad.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina