El 50% de los padres de Argentina no tiene licencia por paternidad
de género del Foro Económico Mundial) y es uno de los mejores países para ser padre: en 2012 se votó una ley, con el apoyo unánime de todo el Parlamento, donde se establecieron tres meses intransferibles para cada progenitor y tres más transferibles entre ellos. Lamentablemente, todavía en Argentina, los papás solamente tienen dos días corridos establecidos en la Ley de Contrato de Trabajo, siempre y cuando tengan un trabajo registrado. Derrota social. Las comparaciones siempre sirven de referencia, y más cuando analizamos y tenemos en cuenta aquellas políticas que configuran un piso de protección social. Si en vez de compararnos con países tan avanzados, tenemos en cuenta la situación de América Latina, también perdemos contra la gran mayoría de los países de la región. De hecho, en el caso de las licencias por paternidad, saldríamos últimos.
En este marco, Unicef ha lanzado la campaña #LaPri- meraInfanciaImpor ta con el objetivo de movilizar a la sociedad sobre la necesidad de eliminar las barreras que impiden que los padres desempeñen un papel activo en el desarrollo de sus hijas e hijos pequeños. Relación padre/hijo. En la actualidad, existe un consenso generalizado acerca de las licencias como una política central para contar con tiempo para el cuidado. Licencias de paternidad más extendidas promueven mejores relaciones padre-hijo: cuando el padre se vincula con el bebé desde el comienzo, tiene mayores posibilidades de desempeñar un papel más activo en su desarrollo. Además, esto contribuye a modificar los estereotipos y a reducir la desigualdad de género no solo en el hogar (donde las mujeres argentinas destinan el doble de tiempo al cuidado que los varones) sino también en el trabajo (donde se registra una brecha de más de 20 puntos entre las tasas de participación laboral de mujeres y varones).
La evidencia muestra que disponer de mayor tiempo impacta positivamente en el desarrollo infantil en los primeros meses de vida. Las licencias por paternidad son un derecho establecido –tanto para los adultos como para los niños y las niñas– en diversos estándares internacionales. Legislación pendiente. No obstante, la realidad de Argentina muestra que aproximadamente el 50% de los papás no dispone de licencias por paternidad, dado que solo acceden a este derecho los trabajadores formales en relación de dependencia. La Ley de Contrato de Trabajo, que se puso en vigencia hace 44 años, no ha ido modificándose para poder incorporar todas las configuraciones de familia (familias adoptivas, parejas del mismo sexo) ni para reconocer todas las necesidades de cuidado (escolares, médicas, situaciones de discapacidad en los hogares). Las normativas que rigen el empleo público nacional y provincial, así como distintos convenios colectivos de trabajo, han logrado algunos avances, lo que resulta en un panorama heterogéneo e insuficiente, donde el derecho de los chicos y chicas a estar con sus familias en sus primeros meses de vida se ve condicionado por el tipo de empleo y las características socioeconómicas de sus padres.
Los autores, especialistas de Unicef, proponen una mirada económica sobre los derechos de los hombres que desean compartir la crianza y educación de sus hijos.
Espacios de cuidado. En este contexto, pensando en la necesidad de generar cam-