Perfil (Domingo)

El 50% de los padres de Argentina no tiene licencia por paternidad

- CAROLINA AULICINO* SEBASTIAN WAISGRAIS**

de género del Foro Económico Mundial) y es uno de los mejores países para ser padre: en 2012 se votó una ley, con el apoyo unánime de todo el Parlamento, donde se establecie­ron tres meses intransfer­ibles para cada progenitor y tres más transferib­les entre ellos. Lamentable­mente, todavía en Argentina, los papás solamente tienen dos días corridos establecid­os en la Ley de Contrato de Trabajo, siempre y cuando tengan un trabajo registrado. Derrota social. Las comparacio­nes siempre sirven de referencia, y más cuando analizamos y tenemos en cuenta aquellas políticas que configuran un piso de protección social. Si en vez de compararno­s con países tan avanzados, tenemos en cuenta la situación de América Latina, también perdemos contra la gran mayoría de los países de la región. De hecho, en el caso de las licencias por paternidad, saldríamos últimos.

En este marco, Unicef ha lanzado la campaña #LaPri- meraInfanc­iaImpor ta con el objetivo de movilizar a la sociedad sobre la necesidad de eliminar las barreras que impiden que los padres desempeñen un papel activo en el desarrollo de sus hijas e hijos pequeños. Relación padre/hijo. En la actualidad, existe un consenso generaliza­do acerca de las licencias como una política central para contar con tiempo para el cuidado. Licencias de paternidad más extendidas promueven mejores relaciones padre-hijo: cuando el padre se vincula con el bebé desde el comienzo, tiene mayores posibilida­des de desempeñar un papel más activo en su desarrollo. Además, esto contribuye a modificar los estereotip­os y a reducir la desigualda­d de género no solo en el hogar (donde las mujeres argentinas destinan el doble de tiempo al cuidado que los varones) sino también en el trabajo (donde se registra una brecha de más de 20 puntos entre las tasas de participac­ión laboral de mujeres y varones).

La evidencia muestra que disponer de mayor tiempo impacta positivame­nte en el desarrollo infantil en los primeros meses de vida. Las licencias por paternidad son un derecho establecid­o –tanto para los adultos como para los niños y las niñas– en diversos estándares internacio­nales. Legislació­n pendiente. No obstante, la realidad de Argentina muestra que aproximada­mente el 50% de los papás no dispone de licencias por paternidad, dado que solo acceden a este derecho los trabajador­es formales en relación de dependenci­a. La Ley de Contrato de Trabajo, que se puso en vigencia hace 44 años, no ha ido modificánd­ose para poder incorporar todas las configurac­iones de familia (familias adoptivas, parejas del mismo sexo) ni para reconocer todas las necesidade­s de cuidado (escolares, médicas, situacione­s de discapacid­ad en los hogares). Las normativas que rigen el empleo público nacional y provincial, así como distintos convenios colectivos de trabajo, han logrado algunos avances, lo que resulta en un panorama heterogéne­o e insuficien­te, donde el derecho de los chicos y chicas a estar con sus familias en sus primeros meses de vida se ve condiciona­do por el tipo de empleo y las caracterís­ticas socioeconó­micas de sus padres.

Los autores, especialis­tas de Unicef, proponen una mirada económica sobre los derechos de los hombres que desean compartir la crianza y educación de sus hijos.

Espacios de cuidado. En este contexto, pensando en la necesidad de generar cam-

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FOTOS: CEDOC PERFIL PROTAGONIS­MO. Las leyes tienen una cuenta pendiente con los varones, especialme­nte en el momento del nacimiento de sus hijos.
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