Territorio huérfano
Tata Dios
Autor: Juan Basterra Género: novela histórica Otras obras del autor: La cabeza de Ramírez Editorial: Bärenhaus, $ 295
Cómo se construyó la patria. El misterio llevó años de delirio histórico con base nacionalista, revisionista y también mística, por eso estalla contra este muro narrativo, gran cerco a los sucesos de frontera que desfundando la crónica blande una cruda novelística donde la memoria se nutre en cortes literarios: Echeverría, Ascasubi, Sarmiento, el gen de Fierro, nuestro evadido eterno. Y también, la glosa de un campo que reverbera como espejismo. Hoy el gaucho, de serlo, cabalga con GPS.
La presentación de cada personaje, la situación general en Tandil (territorio huérfano de identidades, excesivo como lejano), el retrato de Solané (Tata Dios), conforman algo más que una puesta en situación, casi prólogo de la masacre inexplicable. Esta novela asoma como reflexión sobre el motivo de la violencia, única expresión donde no existe voz válida a falta de ley, o su enunciado omnipresente. Allí se formó un código de fuerzas, dispares, entre la leva, la lucha intestina, las guerras rebeldes, el malón y, por último (o primero), el aguardiente en pulpería, con el nacimiento del malevaje overo hambreado en lo injusto.
La bandera, o trapo rojo, es divisa (rémora de Rosas) que da valor a la misión entre divina e infame: vindicar lo argentino en el momento mismo de su fundación, vertiendo sangre. Las primeras cinco horas de 1872 es el tiempo donde mueren degollados, a puntazos, entre lanzas, facones y disparos, hombres, mujeres, niñas, todos gringos, extranjeros europeos, criollos contaminados por linaje de migración. Ni es xenofobia, apenas odio en acto, reconocimiento al tótem fatídico agazapado en monumentos a su nombre: bandera, biblioteca, obelisco, marcas mudas, indelebles, argentinas.