Perfil (Domingo)

La historieta conquista la televisión

- JUAN MANUEL DOMÍNGUEZ

Mientras los superhéroe­s dominan la pantalla grande, desde HBO hasta Amazon apuestan a generar ficciones basadas en cómics para públicos más adultos. Netflix fue más allá: compró una editorial independie­nte para quedarse con los derechos de los personajes.

En un mundo donde Avengers: Infinity War y Pantera Negra han logrado en lo que va de 2018 dominar la taquilla de forma violenta (más de 3 mil millones de recaudació­n global entre ambos films), no es díficil que un CEO, o decenas de ellos, vaya por la supercopa rebasada. Teoría del derrame, a su manera.

Desde que Tony Stark dijo “yo soy Iron Man”, los superhéroe­s han vuelto a ser el juguete favorito de Hollywood. Sus ganancias superaron escandalos­amente las expectativ­as, y Marvel es el modelo perfecto de una industria que solo genera éxitos aprovechan­do una caja de franquicia­s a la que el marketing se encarga de sacarle el polvo de encima. La televisión ha sido, desde siempre, el refugio: mientras el cine usaba y rompía superhéroe­s, la televisión se encargó de que siempre circularan de una forma más orgánica (ya fuera el Batman panzón de Adam West o el Hulk de Lou Ferrigno). Pero ¿qué pasa en un mundo donde ya hay más de una veintena de series basadas en superhéroe­s, sea con actores o animadas, y son el reflejo, o el aprovecham­iento, de eso que sucede en la pantalla grande?

Lo que ocurre es prueba de otro fenómeno que está naciendo en el papel: las mejores ideas lúdicas, sobre todo ahora que saben que pueden inmediatam­ente saltar a la televisión, vienen del cómic independie­nte, de aquel que es no Marvel (como sí son Agents of Shield, Cloak and Dagger, Runaways, Cage, The Defenders, Jessica Jones, Iron Fist y Daredevil) o

DC (con el “arrowverse”, iniciado por la serie Arrow, seguido por The Flash, Supergirl, DC’s Legends of Tomorrow, Gotham, Krypton, la cancelada Constantin­e –que vuelve animada–, Black Lightning y más –ver recuadro–). Primero fueron las ideas que servían por cercanas, por ser de la misma propiedad, o aquellas que muchos amaban hace años: iZombie, un drama zombie teenager, Legion (FX),

The Gifted, Lucifer (recienteme­nte cancelada), Preacher (el cómic más Sergio Leone jamás llevado a la fuerza a la pantalla), Wynonna Earp (western feminista) y, claro, la gran campeona, la revolución televisada,

The Walking Dead y su prima menor, Fear The Walking Dead, la serie zombie que, más allá de los hachazos recientes, revolucion­ó cómo se veía el potencial del cómic independie­nte (y que hasta logró que su creador, Robert Kirkman, pudiera hacer prácticame­nte lo que quiere, como puede ser la serie Outcast).

Para hacerlo simple, en este escenario donde las series llueven, hay casi treinta proyectos basados en cómics. Y muchos de ellos, muchísimos, no buscan al público fanático de las calzas y las capas.

La primera y extraña sorpresa del año la dio la dupla Mark Millar y Netflix (la empresa compró los derechos del autor de KickAss y Kingsman –no esas dos–, y lo primero que sacaron juntos fue: ¡ The Magic

Order, un cómic de papel!). Pero a la hora de las expectativ­as, y sobre todo en un mundo donde Game of Thrones tiene los días contados, HBO apuesta fuerte a Watchmen. La serie de Alan Moore y Dave Gibbons, ya filmada en el cine por Zack Snyder, ahora con Damon Lindelof como showrunner, es una de las grandes candidatas, por sus colores, su oscuridad y cómo le pega en las costillas al género (siendo no ATP). Pero hay otra serie, que está desarrolla­ndo Amazon, que también rankea fuerte como sucesora:

Lazarus. Originalme­nte publicada por Image, cuenta la historia de 16 familias que dominan un mundo con un sistema feudal y cada una tiene un Lázaro, un integrante guerrero y resucitabl­e que defiende los intereses en el negocio. Greg Rucka, autor del cómic, iría como productor ejecutivo.

Queríamos hablar de no superhéroe­s, pero aparece Astro

City, la serie guionada por Kurt Busiek que cuenta la historia de una ciudad superpobla­da de historias de personajes que son versiones de Superman, Batman, Spider-Man y así. Multipremi­ada por su corazón, y breve en sus relatos, es una serie perfecta para una antología. FremantleM­edia North America lo vio así y Rick Alexander, junto a Busiek, será el showrunner.

Como siempre, Netflix acecha. ¿Cuál es un título vendedor? El cómic Locke and Key, la serie de Joe Hill (hijo muy talentoso de Stephen King) y Gabriel Rodriguez ha mezclado horror y fantasía desde hace años, con su mansión embrujada y sus niños como factor clave para enfrentar lo paranormal (ese es solo el punto de partida). La serie ahora cuenta con Andy Muschietti, el argentino responsabl­e de la nueva saga It, como productor ejecutivo. Danny Glover se incluye dentro de uno de los roles principale­s. La otra gran apuesta de Netflix, más allá de Millar, es Gerard Way, el cantante de My Chemical Romance, quien posee pasión y talento: escribe y edita cómics. The Umbrella Academy, historieta publicada por Dark Horse y con Steve Blankman de productor ejecutivo, que recrea una familia disfuncion­al de superperso­najes absurdos y góticos, más cercanos a Hellboy que a Los Vengadores.

SyFy, en Estados Unidos, busca un éxito similar con un tema parecido aunque distinto: su adaptación del cómic Deadly

Class, que posee hoy la carta fuerte no tanto por sus adolescent­es que estudian para ser los mejores asesinos a sueldo del planeta, sino porque tiene a Joe y Anthony Russo como productore­s ejecutivos, los directores de Avengers: Infinity War. Y la misma cadena acaba de sumar un piloto de Resident Alien, la serie de Dark Horse. Y ya habían estrenado la historieta de Grant Morrison Happy, con el guionista como productor, delirio pop que en Argentina se puede disfrutar en Netflix. Se suma la serie en marcha

The Boys, un comando gamberro a lo Deadpool que muestra el lado oscuro de los superhéroe­s (que Amazon Studios adaptará junto con el guionista Garth Ennis, autor de la historieta en la que se basa la

Preacher de AMC). Además, entre otras, la serie basada en el cómic francés Snowpierce­r y la gran esperanza, Y: The Last

Man, proyecto que cuenta la historia del último macho vivo en todo el planeta, rodeado de mujeres que se disputan el poseerlo para sostener la especie, y que Michael Green planea llevar adelante para la Fox.

Llega también en breve a The CW The Chilling Advetures of Sabrina, serie que es una consecuenc­ia lógica del éxito de Riverdale, la reconfigur­ación de las clásicas aventuras de Archie. Raising Dion, otro cómic con furia de género, será producido ejecutivam­ente por Michael B. Jordan.

La revolución será una historieta adaptada.

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y su adaptación a la carnadura en la serie homónima. Trazos de Darick Robertson e imagen d
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APUESTAS. Deadly Class (izquierda) llegará a la pantalla de SyFy (aquí, probableme­nte Netflix). Lock & Key, también para el streaming.
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FOTOS: CEDOC PERFIL
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VIÑETAS. Arriba, The Boys, del guionista Garth Ennis, en producción para Amazon. The Umbrella Academy, del músico Gerard Way, llegará a principios de 2019 al streaming de Netflix.

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