Economistas coinciden en que este año se caerá en “recesión técnica”
Los coletazos de la devaluación se derramarán sobre el segundo semestre. Tras la última minicorrida cambiaria de junio, donde el dólar saltó de $ 25,5 a $ 28,8, la perspectiva de los analistas empeoró en relación con un mes atrás. Al golpe de la sequía en el segundo trimestre, en el inicio de la segunda mitad del año se suma la persistente aceleración inflacionaria por el traslado a precios de la suba del dólar, y la permanencia de tasas al 40%, que enfrían la actividad económica y el crédito. La previsión inicial de crecimiento económico de 3,5% para 2018 –impulsado por un arrastre estadístico de 1,2% que dejó 2017– se fue recortando paulatinamente. Incluso, los economistas consultados por PERFIL advierten sobre “una recesión técnica”.
La mayoría de las consultoras prevé un tenue crecimiento del PBI en 2018: 0,4% (ACM, Eco Go), 0,6% (LCG), 0,8% (Ecolatina). En los extremos están los pronósticos de Ferreres con un repunte de 1,1%, y de Analytica con una caída de 0,5%. En cuanto al dólar, estiman que rondará a fin de año entre $ 29 y $ 30, acompañando la suba inflacionaria. Recesión técnica. Los economistas vislumbraron contracciones del PBI en el segundo y tercer trimestres en la medición desestacionalizada respecto a los tres meses previos. Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, explicó que eso es lo que se denomina “recesión técnica”, y juzgó que “es la manera correcta de medir si la economía está en situación recesiva”. En igual línea, un informe de la Universidad Di Tella difundido en la última semana arrojó que “la probabilidad de ingresar en una recesión de la actividad económica en los próximos seis meses durante mayo pasó a ser de 68,1%, mientras en abril se ubicaba en 24,4%”.
Federico Furiase, de Eco Go, planteó que “la turbulencia cambiaria deja un efecto a mediano plazo en la economía real de menor crecimiento, en la primera etapa del segundo semestre se verán los coletazos de una economía que está en modo ajuste del déficit externo, aceleración inflacionaria que empeora el poder adquisitivo y tasas altas restringiendo el crédito”. Guido Lorenzo, de ACM, coincidió en que lo que “más impacta en el tercer trimestre es el reacomodamiento de precios, inflación alta que deteriora el poder de compra y tasas altas”. Rodrigo Alvarez, de Analytica, además del efecto inflacionario, mencionó “el freno en el gasto público (obras) y ralentización de la inversión”. Melisa Sala, de LCG, explicó que contempla “un menor nivel de actividad económica como consecuencia de la consolidación fiscal y el apretón monetario necesario para reducir la inflación, en línea con lo acordado con el FMI”. Gravina manifestó que “el salto del tipo de cambio, que impulsó al alza la tasa de interés encareciendo el crédito, y la vuelta al FMI, que reducirá el gasto público, explicarán el freno de la economía en los próximos meses”. Alivio. En relación con el lapso octubre-diciembre, hay más disparidad en las esti- maciones: LCG proyectó una retracción de 0,2% frente al tercer trimestre. Para ACM se “frenará la caída pero el crecimiento será nulo”. En Eco Go prevén “entre estabilidad y crecimiento de 0,5%”, al igual que en Ecolatina, donde creen que “puede ser 0% o mínimamente positivo”. En cambio, en Ferreres vaticinaron un repunte de 2,2%. Según Lorenzo, “en el cuarto trimestre la clave es si se reabren las paritarias, porque mejorará el poder de compra y puede repuntar el consumo”. Alonso coincidió en que “suponemos que se van a ejecutar muchas de las clásulas gatillo y habrá una recomposición del poder de compra”.
En tanto, Furiase evaluó que “si se estabilizó el tipo de cambio, podría haber un respiro porque empieza a impactar positivamente la cosecha de trigo”. Gravina consideró que “si se consolida la tregua cambiaria, es posible que dejemos de caer, se frena la caída aunque no necesariamente se empieza a crecer”.