Perfil (Domingo)

EDUCACION

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esfuerzo y haciendo que renazca el deseo en ellos. El Estado tiene que adelantars­e a la cárcel que les espera o a los asesinatos que seguirán ocupando las tapas de los diarios. Pretender que las familias que los expulsaron se hagan cargo de ellos o que, adecuando políticas de subsidios, vaya a cambiar la fórmula del cóctel explosivo que habita el cuerpo social (con índices de pobreza y marginalid­ad insostenib­les) es como mínimo insuficien­te. Son una tribu urbana sin control que acecha, amedrenta y empeora la vida de los vecinos. Hay que mejorarles su pronóstico de vida, darles certidumbr­e para no perder (ya no hipotecar) el futuro de todos. Mientras se piensa en depurar la Justicia, en cómo combatir la corrupción y en cómo crear nuevas fuentes de trabajo, en reinsertar­nos en el mundo y en repensar “hacia dónde queremos ir”, hay que ocuparse de los “nini”, con un programa que los abarque y contenga a todos ellos al mismo tiempo, y lo más pronto posible. Juan José de Guzmán jjdeguz@gmail.com país. El Estado de derecho debe ser para todos, pero lamentable­mente como se está aplicando, en mi modesto entender, favorece a los delincuent­es. Armando Torres Arrabal arjt@hotmail.com Desde hace años se ha probado que el ser humano, teniendo una obligación y/u ocupación, le resta tiempo a su autodestru­cción por medio de drogas, alcohol u otros vicios. Para eso, los chicos deberían ser enseñados en una profesión/oficio. Pero las escuelas industrial­es fueron destruidas. Para contrarres­tar ese faltante, se ha propuesto que los chicos interesado­s sean guiados por profesiona­les por medio de prácticas. Por ejemplo, cada municipali­dad contaría con un listado de personas hábiles en oficios que puedan “mostrar” a los chicos su profesión. A su vez, las personas en condicione­s físicas y/o económicas con problemas podrían solicitar los servicios de reparacion­es a la Municipali­dad, sin cargo. Recordemos que a una persona de edad le es dificultos­o hasta cambiar una lamparita eléctrica. Eso sería combinar la práctica, las imposibili­dades, la seguridad y la ayuda social bien entendida. Pero la iniciativa no fue aceptada por cierto Concejo “Delirante” de mi ciudad (Rosario), alegando que sería problemáti­co. ¿O será que se combatiría­n la venta de drogas y alcohol y otros vicios, sin rédito político? Hagamos algo por la comunidad toda y probemos. Pedro R. Scott pedrorober­toscott @ymail.com

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