La importancia de las formas
Las virtudes del debate sobre la despenalización del aborto se vieron empañadas, en algunas ocasiones, por la existencia de descalificaciones y una notable falta de empatía de algunos de los que sostenían una posición con quienes prefirieron la contraria. La sesión en la Cámara de Diputados transcurrió en un clima en el que, salvo excepciones puntuales, primó el respeto por las diversas posiciones. Sin embargo, en algunas de las exposiciones que se hicieron en el Congreso antes de que el aproyecto llegara el recinto, en numerosas intervenciones en los medios y en manifestaciones en la calle se escucharon posturas intolerantes con quienes piensan diferente. En los peores casos, se cruzaron acusaciones sobre asesinato: de matar una de las dos vidas a quienes apoyan la despenalización, y de matar a las mujeres que mueren por abortar en condiciones inseguras a quienes se oponen a la ley. Resulta particularmente llamativo que luego de la aprobación del proyecto en la Cámara de Diputados muchos hayan sido los que salieron a celebrar el clima de respeto y tolerancia que reinó. Si uno se detiene en esta caracterización, rápidamente va a notar que ésta es una apreciación más difundida entre aquellos que apoyan la despenalización que quienes están en contra. Tal vez muchos, emocionados por los resultados, necesitan vestir de virtud todo el proceso. Pero lo cier to es que, si bien podemos celebrar fuertemente la existencia del debate e, incluso, quienes apoyamos el proyecto podemos estar contentos por una media sanción que pareciera que va a terminar en ley, sería bueno que prestemos más atención a las formas y los modos en los que tratamos a quienes piensan diferente. fue la forma de decidir, pero lo que se creía necesario, al mismo tiempo, era mostrar a los contemporáneos, y para la historia, que se estaba conversando y construyendo entre todos la mejor legislación.
Antes de que el proyecto fuera tratado por la Cámara de Diputados hubo 118 horas de exposiciones con representantes de la sociedad civil
Siglo XX. Este modo de concebir la política y de aprehender la voluntad general entró en crisis en la A rgentina y también en gran par te del mundo occidental durante el siglo XX. Los Congresos comenzaron a ser cuestionados. Se consideró que eran ineficientes, costosos, corruptos e irresponsables. Que no tenían saberes específicos. Y que, muchas veces, elaboraban leyes sin tener sobre sus espaldas la difícil tarea de administrar el poder, reservada para el Poder Ejecutivo.
Fue en aquel momento que, tanto desde la teoría como de la práctica, se empezó a pensar que la virtud residía en una persona que tuviera algún don particular para resolver las cuestiones. Esta figura podía ser la de un conductor o la de un técnico. De hecho, encontramos ambas en la política nacional del siglo XX. Los conductores eran aquellas personas con capacidades especiales que los convertían en los únicos capaces de interpretar, o incluso encarnar, la voluntad general. Los técnicos, por su parte, tenían un co- ridad. Por eso la sorpresa de muchos por la existencia de un debate tan amplio y abierto alrededor de la cuestión de la despenalización del aborto.
Antes de que el proyecto fuera tratado por la Cámara de Diputados, hubo en el Congreso 118 horas de exposiciones en las que participaron profesionales, formadores de opinión, científicos, ex funcionarios, expertos y representantes de las más diversas instituciones de la sociedad civil. La presentación de argumentos a favor y en contra fueron seguidos por más de un millón de personas en los canales de comunicación del Congreso. Los diarios cubrieron estas jornadas y difundieron las principales intervenciones. Los medios se convirtieron en cajas de resonancia y también lo hizo la calle.
Se mostró claramente que la regulación del aborto es un tema que preocupa y divide a la sociedad. Sobre el que una gran cantidad de gente tuvo ganas de decir lo que piensa. Y, en muchos casos, escuchar las opiniones de los otros. Para muchos, se recuperó una tradición política que se creía olvidada. *Historiadora. Miembro del Club Político Argentino.