Merkel busca calmar a sus aliados sobre el asilo
A un día de que expirase el plazo impuesto por los conservadores de Baviera, Angela Merkel desplegó ayer una serie de medidas para controlar el ingreso de migrantes al país y evitar la ruptura de la coalición de gobierno cuando está por cumplir cien días de su cuarto mandato.
En un escrito dirigido a los líderes de la Unión Cristiano Social (CSU), rama bávara de sus democristianos, así como al Partido Socialdemócrata (SPD), la mandataria desgranó sus propuestas para una política migratoria más restrictiva y así poner fin a la crisis con sus aliados en el sur, que amenazaron con retirarle su apoyo.
Merkel dijo que 14 países aceptaron una rápida devolución de solicitantes de asilo registrados previamente en su territorio antes de seguir viaje a Alemania, y que alcanzó compromisos de repatriación de migrantes con Hungría, Polonia, República Checa, Bélgica, Dinamarca, Estonia, Fin- landia, Francia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Holanda, Portugal y Suecia.
Sin embargo, poco después el gobierno checo y el primer ministro húngaro negaron haber prometido a Merkel acelerar la devolución.
“Lo desmentimos en cualquier caso, no se negoció nada de eso”, dijo hoy una portavoz del gobierno checo. “Es el típico bulo periodístico, no hubo ningún tipo de acuerdo”, aseguró el primer ministro húngaro, Viktor Orban.
Merkel propuso que los peticionarios de asilo sean alojados en los centros especiales ya propuestos por el ministro del Interior, Horst Seehofer. Allí se tramitaría con más celeridad su solicitud y su eventual repatriación.
Aún no se sabe cómo reaccionará el ministro y líder de los conservadores bávaros Seehofer, quien había amenazado con tomar medidas unilaterales si Mekel no ponía coto a los ingresos con acuerdos a nivel europeo. En el peor de los casos, el conflicto podría derivar en la separación de los partidos hermanos y en el fin del Ejecutivo de la canciller.