Plata dulce
Hasta hace un tiempo era bastante común encontrarse con un billete con un dibujo, una oración que pedía ser pasada a otros, consejos y hasta deseos de buena fortuna que se cumplirían, aun gastando ese mismo dinero. Bigotes y anteojos en la cara de los próceres. Alguna vez algún dibujo “obsceno”. A la circulación monetaria, entonces, se le superponían unas capas más de sentido. Tenía otros fines. Hay una expresión en inglés que es “Cash is king”. “El efectivo es rey” es una expresión que viene del mundo de los negocios, sin un origen demasiado verificable, quizá un colapso global de los mercados en 1987. Quiere decir, casi de manera literal, la importancia de tener liquidez para operaciones de corto plazo, inversiones y compras. Plata contante y sonante. Para la descripción figurada está el uso que le dan los curadores de la muestra Carrie Reichardt y Bob Osborne. Con ese nombre reúnen a artistas de muchas partes del mundo que han trabajado con billetes originales y los han adulterado. En la galería Saatchi de Londres el arte de desfigurar billetes adquiere un toque humorístico y contradictorio. Ahí sí que el dinero reina como un rey. En la acción, un ejercicio metódico de un grupo de artistas contemporáneos, hay algo de terrorismo en referencia a un pasado, incluso a un presente donde esto es un delito grave. También una referencia a la historia de la circulación del dinero y su democratización.