David Lipton, el monetarista del Fondo que avaló las bandas
Es el segundo de Christine Lagarde pero también un viejo conocido para la Argentina. David Lipton, antes de convertirse en el hombre fuerte del FMI, fue subsecretario de Relaciones Internacionales del Tesoro de los Estados Unidos en los 90, en pleno auge de las “relaciones carnales”.
Este miércoles, después del anuncio de la ampliación del acuerdo con el fondo, remarcó desde su cuenta de Twitter que “el programa es una importante fuente de financiamiento presupuestario para la Argentina”. El fue uno de los cerebros detrás de la negociación, señalan quienes estuvieron cerca del refuerzo del blindaje.
El vicedirector del Fondo visitó la Argentina durante 2017 para participar de la versión regional del World Economic Forum. “Hay signos prematuros de éxito de las políticas” del gobierno de Mauricio Macri, había vaticinado en abril del año pasado.
“Esperamos que la eco - nomía rebote este año y el próximo y la inflación siga bajando”, había pronosticado Lipton, antes de que pasaran cosas para dejar un 2018 y 2019 con números en rojo.
Pero además del pálpito fa- llido, Lipton dejó el mensaje de que el tipo de cambio debía fluctuar libremente. Sin embargo, ahora accedió a una banda de flotación, un instrumento que tampoco es nuevo en la biblioteca del Fondo.
Banco de pruebas. Lo probaron en Israel por más de una década, donde se puso en marcha la banda de fluctuación con una meta de inflación. La lección para el caso argentino fue obviar la segunda parte, aunque la visión monetarista llevó a implementar la política de control de la base monetaria para que no crezca.
En el caso de Israel, “la inconsistencia entre los dos objetivos forzó a las autoridades a seguir estirando la banda”, explicaron Leonardo Leiderman (Deutsche Bank) y Gil Bufman (de la Universidad de Tel Aviv).
“Hacia fines de 2000, la banda se había ampliado en un 35%”, remarcaron. El coeficiente de inflación y de pass
through fue bajando, aunque se mantiene como un gran interrogante para los economistas locales que ponen en duda el éxito del nuevo plan del Gobierno y el FMI.
“El esquema de bandas de flotación junto con cero déficit primario y cero crecimiento de la base monetaria es un programa ortodoxo, que apunta a controlar la devaluación y la inflación a través de un rígido control del déficit fiscal y de la base monetaria, junto con la imposición de bandas de flotación”, indicaron desde ACM, donde marcan que la caída de actividad puede hacer peligrar los ingresos fiscales.