Ultimátum de Carrió a Macri.
La aliada de Cambiemos explotó por el desplazamiento de hombres de su confianza en la AFIP. Un informe contra Calcaterra, la clave.
“Tiene que elegir entre Angelici y yo”, dijo ayer y puso máxima tensión a la relación, como anticipó PERFIL. Desconfianza mutua, tuit picante y dura conversación telefónica.
"Sacar a tres héroes de la AFIP por mi apoyo equivale a aliarse con Echegaray y su gente"
El matrimonio político de Elisa Carrió y Mauricio Macri vive sus momentos de mayor tensión desde aquel enero de 2015 en el que decidieron concretar una alianza política. La reciente revelación de que la AFIP despidió a tres funcionarios por los que la diputada había pedido especial protección se transformó en un motivo más de pelea para la pareja oficialista, y que agrega estrés a una relación que empieza a mostrar signos de desconfianza.
“Sacar a tres héroes de la AFIP por mi apoyo equivale a aliarse con Echegaray y su gente”, tuiteó ayer Carrió. “El Presidente va a tener que elegir entre la línea Angelici o Carrió: elige o cae”, sentenció minutos más tarde en la presentación de un libro en la ciudad de Corrientes.
“Si es Angelici son los barrabravas, arreglos con los jueces, Moyano. No vamos a estar ahí, somos millones los argentinos que hemos padecido”, agregó. “Tampoco me voy a ir, no voy a ser funcional a los que me quieren echar”, advirtió. “El Presidente solo tiene que dar una respuesta. El partido está jugado así”. No es la primera vez que la diputada le pide a Macri públicamente que decida entre ella y su aliado xeneize.
Unas horas antes, cerca de ella aseguraban que estaba “serena” luego de que PERFIL revelará, en su edición de ayer, los despidos de funcionarios que consideraba aliados propios en la AFIP y que justo la semana pasada habían presentado a la Justicia las pruebas de supuestas coimas pagadas por Iecsa, la empresa que era del primo presidencial, en el marco de la obra del soterramiento del Sarmiento. Esa supuesta serenidad le duró hasta pasada la siesta correntina.
La propia Carrió venía sugiriendo por lo bajo que esas dos decisiones (los despidos y los informes contra Iecsa) están conectadas. Otros, en tanto, entendían los despidos como una devolución de gentilezas a Lilita por sus dardos envenenados contra el ministro de Justicia, Germán Garavano, y el propio Macri. Es que el lunes último, Carrió se reunió con el titular de la AFIP, Leandro Cuccioli, y le manifestó su respaldo a los funcionarios que terminaron removidos. “Yo te respeto pero estas mal rodeado”, le dijo la diputada. Cuccioli le había prometido que seguirían por lo menos hasta el año próximo, pero el cambio se precipitó y se anunció este mismo viernes, justo después de que el titular del organismo almorzara con Macri.
“No acepten ascensos. No fui ministro de Justicia ni jefe de Gabinete. Me quieren sacar. Mi lugar es el de representante del pueblo de la Nación. No represento a Cambiemos ni al Presidente. Lo quiero y lo respaldo, hasta ahora”, arriesgó.
El desplazamiento de Horacio Castagnola, titular de la Dirección General Impositiva (DGI), fue una ola fría. Tras enterarse, el viernes, Carrió le pidió a su aliado en el organismo que resista en el cargo. El funcionario, que manejaba el área más sensible de la AFIP y supo tejer excelentes vínculos no solo con la diputada sino con Ernesto Sanz, gobernadores del PJ y jueces de la Corte Suprema, no prometió nada. Ayer, en su entorno negaban que fuera a aceptar la proeza de Lilita. Pasará a retiro.
Angelo Calcaterra, primo de Macri, sostiene que “jamás se pidió que alguien sea desplazado de su cargo”, en referencia a la salida de Castagnola. También aseguró que no habla con Macri desde hace dos meses, cuando se presentó en los Tribunales y admitió haber or-