Bolsonaro versus ‘folha de s. Paulo’, la guerra mediática estalla en Brasil
El presidente electo amenazó con no dar publicidad oficial al diario brasileño de mayor circulación. repudio de empresarios y periodistas.
“Por sí solo, ese diario se acabó”. El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, ya eligió su enemigo público número uno y no es el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva ni su Partido de los Trabajadores (PT). Apuntó contra Folha de S. Paulo, que sacudió el tramo final de la campaña con una investigación que reveló los “disparos en masa” de fake news a través de WhatsApp, financiados por empresarios ligados al candidato, que no habían declarado esos aportes a la justicia electoral. Por ese y otros artículos, el ex capitán del Ejército no perdona al diario de mayor circulación de Brasil, al que amenazó esta semana con dejar de otorgar pauta oficial cuando asuma la presidencia.
Con el mismo libreto que Donald Trump en Estados Unidos y Cristina Kirchner en la Argentina, Bolsonaro apuntó contra la prensa. “Casi todas las fake news contra mí partieron de Folha. La prensa que se comporte de esa manera indigna no tendrá recursos del gobierno federal”, afirmó y, acto seguido, generó una inmensa ola de repudio de periodistas, dueños de medios de comunicación y asociaciones vinculadas a la defensa de la libertad de prensa. “Hubo muchísima solidaridad hacia Folha: manifestaciones de la Asociación Brasileña de Prensa y de la Orden de Abogados de Brasil; y numerosas personas comunes que decidieron suscribirse en solidaridad”, explicó a PERFIL Clóvis Rossi, uno de sus principales analistas políticos. La ola de suscripciones comenzó el 18 de octubre, cuando el diario publicó la nota que revelaba la difusión de noticias falsas contra el PT. Pero la simpatía hacia Folha también tuvo su contracara. Patricia Campos Mello, la periodista que escribió el artículo, recibió amenazas y sus redes sociales fueron hackeadas. Ley. En Brasil, como en la Argentina, la distribución de publicidad oficial del Poder Ejecutivo es discrecional y no está regulada por legislación alguna. “Desafortunadamente, en Brasil falta regulación para el sector de los medios. No hay ninguna ley que trate sobre la distribución de fondos publicitarios de los gobiernos (Federal, estaduales o municipales)”, confió a este diario María José Braga, presidenta de la Federación Nacional de Periodistas (FENAJ).
La amenaza de Bolsona- ro al diario paulista también provocó la reacción de los empresarios de medios. “Ningún gobernante puede usar los recursos públicos para favorecer o perjudicar a empresas, instituciones o personas. El artículo 37 de la Constitución brasileña determina que los gobernantes hagan un uso racional de los recursos públicos, respetando los principios de impersonalidad y eficiencia. Por eso, la pauta publicitaria del gobierno en los medios debe ser decidida siempre según criterios técnicos y nunca por motivaciones políticas”, afirmó Marcelo Rech, presidente de la Asociación Nacional de Diarios (ANJ) de Brasil. Violencia. Según una encuesta de la Asociación Brasileña de Per iodismo de Investigación (Abraji), durante la cobertura de las elecciones hubo 141 casos documentados de amenazas y violencia contra periodistas. “La mayoría de ellos se atribuye a partidarios de Bolsonaro, el resto a seguidores del PT”, informó la entidad. Folha, en tanto, publicó que el dirigente criticó a periodistas y medios diez veces por semana durante el mes de octubre.
Braga puso en duda la voluntad del presidente de respetar la Constitución y garantizar la libertad de prensa: “Sus recientes ataques a medios y las frecuentes agresiones que sus partidarios cometen contra periodistas indican que la libertad de prensa está amenazada”. Rossi acordó con esa mirada: “Quien, como él, hace apología de la dictadura y de la tortura, es siempre un riesgo”.
Si bien Bolsonaro proclamó que defenderá la libertad de prensa, sus primeras declaraciones encendieron las alarmas. Su destinatario no fue casual: Folha también había revelado la contratación en la Cámara de Diputados de Walderice dos Santos da Conceição, una “ñoqui” que no asistía al Congreso y atendía un local en Angra dos Reis, donde el presidente tiene su casa de veraneo.
investigaciones
Folha de S. Paulo reveló los “disparos en masa” que hicieron agencias de comunicación en redes sociales. Habrían sido financiados por empresarios que apoyan a Bolsonaro.
También difundió que desde que ingresó a la política, el dirigente multiplicó su patrimonio.
Según el diario paulista, contrató a una empleada que no asistía a la Cámara de Diputados. Tras la publicación, la mujer renunció a su cargo.