Caso aguinaco: “revivir todo lo que pasó va a ser muy difícil para todos”
A dos años del asesinato en Flores, los padres del chico les verán las caras a los cinco imputados. el autor material no será juzgado porque es inimputable.
Brian Aguinaco tenía 14 años cuando dos motochorros lo mataron de un disparo en la cara en el barrio porteño de Flores. Fue hace casi dos años, en vísperas de Navidad. Esta semana comenzó el juicio, que tiene a cinco personas en el banquillo de los acusados, aunque el que apretó el gatillo no será juzgado. “La sensación es parcial. Siento que estamos más cerca de que se haga justicia por mi hijo, pero el autor material nunca va a ser juzgado porque era menor de edad. Para él espero que haya justicia divina”, se lamenta Fernando, en una entrevista con PERFIL.
El debate está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1. La primera audiencia fue de presentación de cargos e imputados. El papá de Brian
declaró como testigo. Pasado mañana se reanudará el juicio. En principio, serían ocho las jornadas en las que desfilarán unos cincuenta testigos.
El caso. El 24 de diciembre de 2016, una mujer y su hija fueron sorprendidas por dos delincuentes que circulaban en moto. El que iba atrás se
bajó con una pistola y las amenazó para que entregaran sus carteras en la avenida Asamblea, entre Robertson y Rivera Indarte, en Flores. En ese momento pasaba por el lugar en su auto Enrique Aguinaco con su nieto Brian (14). Al ver la situación, el hombre intentó bloquear el paso de los ladrones.
Los asaltantes escaparon a los tiros. Uno de ellos impactó en el rostro del menor. Después de pasar dos días en terapia intensiva, falleció. Era el 26 de diciembre de 2016.
“Revivir todo lo que pasó va a ser muy difícil para todos. Pero para mi papá un poco más. El estaba ahí, fue el que escuchó a mi hijo pidiéndole que lo llevara al hospital, le vio salir un montón de sangre del cuello. Después del crimen a mi viejo le empezó a pasar
factura el cuerpo y le afectó la salud. Hay muchas preguntas que tengo de ese día, pero que no se las puedo hacer a mi papá, porque no quiero que él remueva toda esta mierda. Ya tiene demasiada mochila encima”, destaca Fernando, en diálogo con este diario. Los abuelos y Eliana, la mamá de Brian, continúan con contención psicológica y psiquiátrica. “No tenés una manera de prepararte para afrontar esto, pero el testimonio de mi papá va a ser fundamental, al igual que el de la señora a la que le robaron”.
Por el crimen de Brian fue detenido un joven de 14 años
que vivía en la Villa 1-11-14 y luego fue liberado por ser menor e inimputable (ver aparte). Más tarde cayó Luis “Yun” Gómez (26), acusado de ser quien manejaba la moto el día del crimen. “Nosotros estamos confiados en que se va a hacer justicia y que cada uno de ellos va a pagar lo que tenga que pagar por lo que hizo. Si terminan en cana y se pudren en prisión, es lo que corresponde, porque es la vida que eligieron ellos”.
Pero a partir del homicidio de Brian comenzó una investigación que derivó en la desarticulación de una banda que cometía distintos robos
y usurpaciones de propiedades en el barrio, que incluiría a los dos mencionados anteriormente. Por eso, en el juicio se debatirá sobre el presunto accionar de esta banda (donde hay cinco imputados) e incluye el crimen del nene como una de sus consecuencias.
“Los primeros días estuvimos todo el tiempo en el hospital con mi nene, después cuando salimos de ahí nos enteramos de que se había tomado la comisaría, las movilizaciones vecinales y ahí me empecé a mover un poco más y me puse a investigar para saber quiénes habían sido los que le hicieron eso”, contó Fernando. Empezó a recibir información por redes sociales, al igual que la mamá de Brian (están separados), de los posibles implicados, cómo estaba conformada la banda, quiénes podrían ser los asesinos del nene, y ambos padres fueron
acercando la información que recopilaban a la policía.
En tres oportunidades le rompieron el vidrio del auto. Una vez, un hombre se le apareció a Fernando como el padrastro del menor acusado como autor material y le dijo que querían hablar con él. Durante un tiempo estuvieron con custodia policial en la puerta de su casa. La mamá de Brian decidió mudarse del barrio. Su vida dio un vuelco de 180 grados.
“La verdad es que yo no me iría del barrio. Hace cuarenta años que vivo acá y, más allá de lo que pasó, acá me siento seguro. Pero ahora entiendo que necesito mudarme y cuando termine el juicio voy a empezar a ver qué hago. Necesito cambiar de aire, empezar de nuevo, en otro lugar, alejado de esto y de todo lo que pasó, aunque este dolor me va a acompañar por siempre”.
“Para el asesino de mi hijo espero que haya justicia divina”, dice el papá de Brian