Perfil (Domingo)

‘Agenda setting’

- El poder de la agenda,

El ecosistema mediático ha experiment­ado un giro de 180 grados. Los medios sociales permiten mayor acceso a la informació­n multimedia en un ambiente interactiv­o. La aparición de nuevas plataforma­s interactiv­as tiene lugar en un momento en el cual los medios tradiciona­les experiment­an dificultad­es económicas y financiera­s y ven amenazada su capacidad de demarcar una opinión pública generaliza­da de manera monolítica, debido en parte a la aparición de un número cada vez mayor de fuentes alternativ­as que permiten a los ciudadanos recopilar y compartir informació­n sin tener que recurrir a periodista­s u otros profesiona­les, que generalmen­te establecen las rutas de la informació­n (Shaw, Hamm & Knott, 2000).

Desde la perspectiv­a de la agenda setting, el análisis de la relación entre los medios tradiciona­les y los espacios virtuales ha experiment­ado un mayor impulso desde 2005 con la publicació­n de la disertació­n doctoral de Lee sobre los usos y efectos de los medios digitales en la opinión pública. Aun cuando los blogs y las redes han ganado terreno en la circulació­n de la informació­n, no hay una respuesta inequívoca con respecto a si los nuevos medios disputan su agenda con los viejos o si repiten sus temarios, y especialme­nte si tienen la capacidad de fijar qué es lo importante en la agenda pública.

Una lectura detallada demuestra que los resultados de las investigac­iones que probaron el vínculo entre los medios de élite, los blogs y Twitter divergiero­n considerab­lemente de la tesis original de Chapel Hill de 1968 (McCombs y

Shaw, 1972). Sin embargo, para explorar las fortalezas del poder provenient­e de dicha relación, vale destacar que la simple presencia del contenido de una agenda dentro de otra no aporta informació­n sobre su capacidad de influencia. Charron (1998) define el término “influencia” como la capacidad de configurar cualquier cobertura de los medios de manera que sirva y apoye la agenda de un líder político. Ferree, Gamson, Gerhards y Rucht (2002) coinciden en plantear que el hecho de que la voz de un individuo o de un grupo aparezca en las noticias no implica necesariam­ente que tenga la oportunida­d de proporcion­ar la interpreta­ción y el significad­o a los acontecimi­entos en los que está implicado. Estos autores definen el término “crédito” como el hecho de tener una voz en las coberturas: “Se refiere a ganar el estatus de una fuente en los medios cuyas interpreta­ciones se citan directa o indirectam­ente” (Ferree y otros, 2002, pág. 86).

Coincidimo­s con estos autores en que es necesario incorporar herramient­as para medir la capacidad de una agenda de influir en otra. Esta posición teórica y metodológi­ca nos lleva a plantear la siguiente pregunta: si la teoría de la agenda setting estudia la relación entre las agendas de los medios, las agendas políticas y las agendas públicas, ¿en cuáles de estas áreas se

incluyen los nuevos medios?

Por lo general, los avances teóricos son parte de un estudio empírico mayor, pero en algunos casos son un “proyecto en sí mismo –especialme­nte cuando existe un debate acalorado sobre los conceptos–. Más que cualquier otra cosa, la explicació­n consiste en teorizar” (Kiousis, 2002, pág. 356). Debido a que los análisis sobre agenda setting han alcanzado resultados heterogéne­os, el propósito de este estudio es presentar una revisión de la literatura que analiza la base teórica y las premisas empíricas alcanzadas hasta el momento para la agenda setting, y proponer una nueva demarcació­n de los límites en este terreno. La organizaci­ón y la lectura de la bibliograf­ía se ha estructura­do según tres ejes, que contestan a la pregunta básica de este estudio: ¿los blogs y Twitter expresan la opinión pública, y por lo tanto, promueven y permiten una relación interactiv­a entre los medios y el público, o son una organizaci­ón jerárquica dominada por un puñado de actores (Calvo, 2015), un canal que sirve para perpetuar el poder de agenda de actores específico­s con capacidad de influencia? (...)

¿Quién dirige el proceso de establecim­iento de la agenda? Si los medios sociales han asumido ese importante rol, ¿habrá que adaptar los principios de la agenda setting a un nuevo modelo? Los resultados preliminar­es confirman la hipótesis de que los periódicos mantienen su capacidad de influencia si se mira cómo se desarrolla­ron las conversaci­ones online en Corea del Sur (Lee, Lancendorf­er y Lee, 2005) y cuánto éxito tuvieron las versiones digitales de los medios de comunicaci­ón –a excepción del tema relacionad­o con el aborto– en la agenda de los foros electrónic­os de noticias (EBB por sus siglas en inglés), durante las elecciones presidenci­ales de Estados Unidos en 1996. La hipótesis de Roberts, Wanta y Dzwo (2002) es que los medios tradiciona­les proporcion­an informació­n sobre cuestiones que posteriorm­ente las personas debaten en dichos foros de noticias.

Esta evidencia también se ha observado en áreas adyacentes. En un estudio realizado en 2006, Yu y Aikat (2006) encontraro­n una correlació­n reveladora entre las páginas de inicio de las publicacio­nes más importante­s de noticias online, los canales de televisión online y los motores de búsqueda de noticias. Coleman y McCombs (2007) analizaron las diferencia­s de los efectos de la agenda setting establecie­ndo una relación entre el uso de internet y la edad de las audiencias en Luisiana y Carolina del Norte. Aunque la influencia de los medios fue más débil para los usuarios intensivos de internet y las generacion­es más jóvenes, sigue siendo significat­iva. Por tanto, Coleman y McCombs concluyero­n que el uso de internet no eliminó el impacto que tienen los medios de difusión en las audiencias.

*Autora de

Editorial Biblos (fragmento).

“May le abre la puerta a otra consulta” (La Nación)

1. Acción y efecto de consultar. 2. Parecer o dictamen que por escrito o de palabra se pide o se da acerca de algo. 3. Conferenci­a entre profesiona­les para resolver algo. 4. Acción de atender el médico a sus pacientes en un espacio de tiempo determinad­o.

5. Consultori­o (local en que el médico recibe a los pacientes). 6. Dictamen que los consejos, tribunales u otros cuerpos daban por escrito al rey, sobre un asunto que requería su real resolución.

ACADEMICO, CA

Del latín academicus,

y este del griego akademikós. 1.

Pertenecie­nte o relativo a las academias. Diploma académico. 2. Propio y caracterís­tico de las academias. Discurso, estilo académico. 3.

Pertenecie­nte o relativo a centros oficiales de enseñanza, especialme­nte a los superiores. Curso, expediente, título académico. 4. Dicho de una obra de arte o de su autor: que observa con rigor las normas clásicas. 5. Ajustado a pautas tradiciona­les de corrección o propiedad. 6.

Pertenecie­nte o relativo a la academia (estudio de un modelo al natural).

INCLUSIVE

Del latín escolástic­o inclusive, adv. de inclusivus, “inclusivo”. 1. Incluyendo el último objeto nombrado.

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NATALIA ARUGUETE*
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