Fotografía y literatura
Si bien Susan Sontag escribió que Juan Rulfo era el mejor fotógrafo latinoamericano y también había apreciado mucho Pedro Páramo (una edición de este libro en inglés tiene un prólogo de la autora de Sobre la fotografía), hay una definición de John Berger sobre Paul Strand que podría ser perfecta para el escritor mexicano: “Para Strand, el momento fotográfico es un momento biográfico; no está a la caza del instante, sino que permite que surja el momento del mismo modo que uno podría incitar a la narración de un cuento”.
Rulfo empezó a hacer fotos alrededor de 1930, las décadas de 1940 y 1950 fueron centrales en su vida: hizo su corpus fotográfico al tiempo que aparecían El llano en llamas y Pedro Páramo, actividades que realizaba al tiempo con su trabajo como vendedor de neumáticos para la firma Goodrich Euzkadi. El cine se acercó a su literatura y a finales de 1955 se filmaba la primera película basada en un cuento suyo: “Talpa”. Rulfo estuvo presente durante toda la filmación. De esas visitas, hay 150 fotografías de actores, sobre todo de María Félix, mientras descansaban, actuaban o posaban para él.
Pero las fotos que se parecen más a su literatura, a la “narración de un cuento”, son las de paisaje y vegetación mexicana. Los árboles consumidos por la aridez y los cactus; sus horizontes infinitos de ágaves y magüey. Las casas abandonadas y las almas en pena. Esas que también se ven vagar por sus imágenes en blanco y negro como los hombres que caminan en el cuento “Nos han dado la tierra”. Unos que perdidos buscan un lugar que no van a encontrar nunca.
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