De la cita con el polémico príncipe de Arabia Saudita a la selfie con Piñera
La segunda y última jornada del G20 en Osaka fue una de regocijo para el presidente Mauricio Macri por el acuerdo político alcanzado entre la Unión Europea y el Mercosur. También tuvo algunas bilaterales y participó de actos paralelos a la cumbre internacional antes de iniciar el vuelo de regreso, previa escala por Suiza para recibir un premio de la FIFA.
Esta vez, la cita con el polémico príncipe heredero del reino de Araba Saudita, Mohammed bin Salman bin Abdulaziz Al Saud, no fue motivo de precaución. Ya se habían cruzado el año pasado en Argentina, aunque entonces se evitó cualquier imagen con el hombre fuerte del reino, a quien señalaban por el asesinato del periodista disidente Yamal Kashoggi en el consulado de Estambul.
A la Argentina le interesan las inversiones energéticas sauditas. Lo dejó en claro el Presidente en la bilateral, así como en su discurso en la cuarta sesión del foro: “Tenemos el objetivo de ser productores mundiales”.
Macri apuntó a Vaca Muerta como “el mejor ejemplo” de posibilidades. A cambio, la Cancillería trabaja para interesar a Arabia en agro, carne y fútbol.
Como cabeza pro tempore del Mercosur, también mantuvo una reunión pautada con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Fue el momento de los saludos con algunos de los líderes europeos presentes. De todos, el español Pedro Sánchez se destacó por su complacencia y efusividad en la felicitación.
Luego llegó el turno de encontrarse con el presidente chileno Sebastián Piñera –con selfie incluida– y el premier canadiense, Justin Trudeau, para condenar a Venezuela, con Brasil, ausente en la reunión. Y por último, se sumó a una convocatoria por el empoderamiento femenino con apenas 12 mujeres sobre 40 participantes.
De regreso, el Presidente hará hoy una escala en Suiza para recibir el premio Living Football de la FIFA por promover la cohesión social a través del fútbol. Mañana arribará al país.