Pactan otra tregua en la guerra comercial entre EE.UU. y China
Los dos líderes mantuvieron la reunión más significativa de Osaka. Washington no aplicará nuevos aranceles a Beijing “por ahora”.
Donald Trump y Xi Jinping acordaron ayer relanzar las negociaciones comerciales tras una reunión entre ambos en el último día de la cumbre del G20 en Osaka, marcada por el enfrentamiento entre las dos grandes potencias económicas.
“Tuvimos una muy buena reunión con el presidente chino Xi. Yo diría que excelente”, aseguró Trump.
El presidente aseguró que, “por ahora”, no impondrá aranceles adicionales mientras dure esta fase de reinicio de las conversaciones y se mostró confiado en que los beneficios de este acercamiento se percibirán de forma casi inmediata.
Según la agencia oficial china Xinhua, Washington decidió abandonar la amenaza de imponer nuevos aranceles que habrían afectado a 500 mil millones de dólares en productos chinos importados cada año por Estados Unidos.
“Por ahora ni vamos a levantar los aranceles existentes ni vamos a imponer aranceles nuevos. Nos quedan aproximadamente unos 350 mil millones de dólares en balanza comercial sobre los que podríamos aplicarlos, pero de momento voy a hablar con China”, dijo Trump.
Buenos Aires. La tregua es similar a la que declararon los dos líderes en el G20 del año pasado, en Buenos Aires, aunque unos meses después se reanudó la guerra comercial. En este sentido el comunicado final de este foro creado en 2008, que reúne a veinte países (entre ellos Brasil, Argentina y México) y que representa el 85% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, advierte que “las tensiones comerciales y geopolíticas se han intensificado” y que podrían afectar a un crecimiento mundial que ya está debilitado.
Clima. No solo en la cuestión comercial hay visiones enfrentadas. Como ya pasó el año pasado en Buenos Aires, 19 de los veinte países miembros del G20, sin el acuerdo de Estados Unidos, reafirmaron ayer, en el comunicado final, el compromiso para aplicar el Acuerdo de París y luchar contra el cambio climático.
Los firmantes recuerdan las “irreversibilidad” de este acuerdo, en una declaración final similar a la del G20 del año pasado que enfrentó la oposición de Estados Unidos.
Si hasta hace algunos años el tradicional comunicado final era un puro trámite con declaraciones en defensa del multilateralismo y la lucha contra el clima, con la llegada de Trump se ha convertido en un campo de batalla.
En este sentido, los analistas apuntan que este foro, creado en 2008 para aportar una respuesta a la crisis mundial, ha quedado desvirtuado por los intereses de cada país, que encarna Donald Trump con su serie ininterrumpida de entrevistas bilaterales con líderes de todo el mundo.