Exitoso y popular
Dejó su marca en la historia de los medios de comunicación en Argentina. La clave de su éxito fue el periodismo popular –tildado de amarillo y sensacionalista- al que Héctor Ricardo García reivindicaba cada vez que podía. “No tenemos complejos de ser masivos, queremos llegar a la gente. Primero está el drama, la suerte que corren nuestros semejantes (...) El amarillismo es una leyenda que inventaron para descalificar a los diarios populares. Que critiquen, yo sé lo que vendo”, desafiaba a quienes lo cuestionaban. “Lo que ellos dan en un cuadro chiquito, nosotros lo damos ampliado y con foto.” García nunca traicionó ese pacto asumido ante sus lectores. “Nada de eufemismos ni de retorcimientos idiomáticos. La voz popular ha de recogerse para el mejor entendimiento de la información. El idioma argentino será nuestra manera de decir las cosas. A la verdad hay que gritarla en su mayor sencillez”, avisaba a sus lectores. Otro de sus grandes aciertos fue jerarquizar la crónica policial. En el diario se consagró como empresario, cada noticia sobre crímenes se transformaba en un relato minucioso, con la estructura de los mejores guiones cinematográficos.
Y le escapaba a los eventos sociales, especialmente si se trataba de compromisos con gente que no conocía. “Yo soy muy poco diplomático, no hago relaciones públicas. No ando con corbata a menos que tenga que ir a Tribunales”, explicaba. La mayor parte del día la pasaba recluido en su oficina, hasta entrada la noche, de domingo a viernes. “Esta empresa es una droga, yo paso todo el día pensando en esto”. Sólo los sábados dejaba de ir al canal. Se definía periodista antes que empresario: “Si no hago periodismo me muero”. Y pagó caro alejarse de los medios. Serios problemas de salud lo alejaron de la televisión y admitía que en los últimos años ya no miraba Crónica TV.
*Autor de Fue Primicia, Historia de Crónica TV