Mercosur-UE: informes con impacto negativo
“La oferta sobre la que se trabajó fue la preparada a partir de 2010”, explicó el canciller Jorge Faurie una vez firmado el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. “El que dice que no conoce el acuerdo, es porque ha estado paveando”. Tras el anuncio, sin embargo, no se presentaron informes de impacto.
El último análisis conocido de la Cancillería data de 2013. Fue encargado al Centro de Economía Internacional. Para entonces, la oferta de 2010 ya estaba realizada, aunque no contemplaba el cupo de carnes que finalmente llegó a 99 mil toneladas a repartirse –un tema que deberá negociarse– entre los socios del Mercosur.
“Los resultados del estudio fueron más que esclarecedores respecto del impacto asimétrico del acuerdo. Desde un punto de vista estrictamente ‘mercantilista’, tendría un único ganador: la UE”, escribió Carlos Bianco, ex secretario de Relaciones Económicas Internacionales kirchnerista, quien en ese momento encargó el estudio. Europa obtenía un resultado de US$ 8.500 millones mientras que Argentina y Brasil sufrirían un déficit comercial adicional de US$ 991 millones y US$ 7.290 millones, respectivamente. Argentina pasaba a perder con Brasil, sumaba una caída de US$ 103 millones en exportaciones y una suba de US$ 888 millones en importaciones, según Bianco en un artículo que se publicó en 2016 en la revista de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo Económico, FIDE.
La ex secretaria de Comercio Exterior en la gestión de Axel Kicillof, Paula Español, evaluó que se podrían perder 186 mil puestos industriales por el acuerdo. Su análisis fue publicado en 2017 por el Observatorio de Empleo, Producción y Comercio Exterior de la UMET y advierte que el abaratamiento de los productos europeos en el mercado regional desplazaría producción local destinada al mercado interno y exportaciones a Brasil. Los principales sectores afectados en términos absolutos serían la metalmecánica (-48 mil puestos de trabajo asalariados), sensibles (calzado, textil, marroquinería, muebles -47 mil), autopartes (-32.500), química (-19 mil) y automotor (-9.500).
En 2008, la Universidad de Manchester señaló –antes de la oferta de 2010– que la liberalización comercial tendría un beneficio del 0,1% del PBI para la Unión Europea, mientras que para la Argentina sería del 0,5% de su PBI. El beneficio para Brasil sería del 1,5% del PBI y del 2,1% para Uruguay, mientras que en Paraguay podría impactar con una suba del 10% del PBI. Los sectores con base agrícola ganarían, mientras que textiles e indumentaria, papel, químicos, metales, autos y partes, caerían, en línea con los sectores que marcó el análisis de Paula Español.
El estudio más reciente encargado por la UE lo hizo la London School of Economics en 2018. Allí indicaron que el sector automotor de Argentina y Brasil son claves para la estrategia de transformación económica. Las licencias no automáticas de la Argentina se presentaban como un desafío. El Gobierno accedió a removerlas en el acuerdo que se firmó el mes pasado en Bruselas. Los principales beneficios para la Argentina, dice la LSE, vendrán de la inversión, también porque la base actual es baja. Fue premonitorio: “El acuerdo deberá venir acompañado de reformas para desregular la economía y la inversión extranjera directa en particular”.