UN MODELO PARA ARMAR
La Universidad de Buenos Aires se prepara para una nueva edición del Modelo de la ONU (MONUBA) con el desafío de que sus participantes perfeccionen las habilidades de negociación y persuasión, y fortalezcan los conocimientos sobre relaciones internacional
Por Leandro Bruni*
En el marco de los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó ciento setenta acciones diarias para transformar nuestro mundo. Con el fin de cumplir el objetivo número dieciséis, conocido también como “Paz, justicia e instituciones sólidas”, el prestigioso organismo internacional recomienda “participar en procesos de adopción de decisiones de manera informada”, una práctica que bien puede comenzar desde la formación universitaria.
Entre los diversos ámbitos que el sistema educativo ofrece, está la simulación o modelo que representa el funcionamiento del Sistema de Naciones Unidas. En éstos, los estudiantes secundarios y universitarios encarnan a los delegados de los Estados miembros de la ONU, interviniendo en debates y negociaciones.
Con esta impronta, la Universidad de Buenos Aires (UBA) -por iniciativa y organizada por la carrera de Ciencia Política- viene realizando desde el año 2015 el Modelo de Naciones Unidas (MONUBA). “La idea inicial la tuvo la estudiante -ahora ya graduada- Jessica Cortes Arias, cuando le presentó la propuesta a la directora de la carrera, Elsa Llenderrozas. Fue ella quien la puso en contacto conmigo”, señala la
licenciada en Ciencia Política, Agustina Jaworski, una de las precursoras de esta actividad en la UBA. “Tanto Jessica como yo habíamos participado de Modelos de Naciones Unidas durante el secundario y entendíamos que actividades de este nivel casi no había para universitarios. El primer Modelo lo realizamos en 2016 con bajas expectativas respecto a cantidad de inscriptos, ya que nos contentábamos con que cincuenta estudiantes se anotaran para participar. Finalmente, superamos los cien inscriptos en esa edición. En el Modelo de este año contamos con más de doscientos cincuenta delegados, cuarenta autoridades y cuarenta colaboradores. Este proyecto, que nació de una primera reunión en una confitería en Constitución, hoy ya tiene vida propia y de a poco se está convirtiendo en una de las actividades más exitosas de la Universidad de Buenos Aires”, afirma Jaworski.
La apuesta de los organizadores no se limita tan solo a la necesaria formación de los participantes en conocimientos sobre temas internacionales, sino que el objetivo para los casi trescientos participantes de esta edición, es que puedan desarrollar sus habilidades de negociación y persuasión con el fin de alcanzar sus objetivos.
En este sentido, Jaworski señala: “Soy docente de una materia de primer año de la carrera de Ciencia Política e intento constantemente inculcar a mis estudiantes que la universidad no debe reducirse a cursar y aprobar con el único objetivo de lograr un título universitario. Es mucho más. La universidad debe brindarnos todas las herramientas, no sólo las meramente académicas, para formarnos como profesionales. Actividades como el MONUBA nos sacan de nuestra zona confort, nos ponen a prueba, nos vinculan con estudiantes de otras carreras y otras universidades del país y el mundo, y nos exigen dar un paso más allá y explotar al máximo nuestras capacidades. Y esto lo perciben ya que cada año el Modelo crece con nuevos estudiantes y otros que vuelven año a año por la revancha.”
El punto de partida: 10 y 11 de agosto de 1989
“En el último tiempo, más de 5 mil personas trataron de cruzar el muro y más de 3 mil fueron detenidas. Alrededor de 100 personas murieron en el intento, la última de ellas el 5 de febrero del presente año. La situación en la que se encuentra la sociedad es extrema, donde deben tomar la decisión de huir de sus hogares por los acontecimientos que ocurren a diario”, afirma la edición 2019 de MONUBA.
Entre las particularidades que MONUBA le propone a la comunidad académica este año, su desarrollo consistirá en un marco temporal ucrónico, es decir, que reconstruye hechos históricos a partir de datos hipotéticos. Es por ello que la propuesta innovadora sucede temporalmente el 11 y 12 de agosto de 1989, momento previo a la caída del Muro de Berlín.
“Los delegados tendrán la difícil labor de negociar la reunificación o la separación definitiva de la Alemanias. Esto significa un trabajo más duro para los participantes ya que no sólo deberán estudiar acerca del país que deben representar, sino que además deberán hacerlo teniendo en cuenta las políticas de ese mismo país exactamente 30 años atrás. Esto suma un atractivo mayor al Modelo obviamente, ya que en algunos casos los delegados deberán representar países con culturas muy diferentes a las actuales, países dominados por las grandes potencias de ese momento: Estados Unidos y la Unión Soviética. Estará en la capacidad de negociación de las delegaciones lograr que Alemania se unifique o mantenerla separada cambiando así la historia que todos conocemos”, concluye Jaworski.