Un cuento (policial) de Navidad
Cuando en mayo de este año se vendió en cuadro de Lee Krasner de 1960, The Eye is The First Circle (El ojo es el primer círculo), en más de 11 millones de dólares, y la puso entre las pocas mujeres artistas con esa cantidad de números en su precio, se recordó la historia del periplo de esa pintura, atravesada por robo y destrucción. También se ubicó a la que fuera esposa de Jackson Pollock y que de alguna manera había renunciado a su vida artística para “colaborar” con la de su marido en el lugar que le correspondía: entre las pinturas de Mark Rothko, Clifford Still y el mismo Pollock que están entre los artistas de la colección Rales, un museo privado en Maryland, que la compró.
Este cuadro fue uno de los tres robados a pocos días de la Navidad de 1990 en la ciudad de Nueva York. Ninguno fue esclarecido, pero algunos de los cuadros, recuperados. El 19 de diciembre de aquel año, en algún momento entre la mañana y las 6 de la tarde, los ladrones entraron al 7º piso de la casa de John Cheim, galerista y dueño de la obra, lo cortaron y se lo llevaron. En ese momento, la obra estaba valuada en apenas un millón.
Dejaron la puerta abierta y una incógnita más que se sumó a las de los robos por esos días en otras galerías. El del 17 en la galería de Bonner y Gagosian en Chelsea y el del 21 durante el traslado de L’Aprentti, de Chaim Soutine. El conductor del camión que lo llevaba desde la casa de marcos hasta la galería de arte bajó a buscar otra pieza y allí se lo sacaron del vehículo. El fervor de las “compras” navideñas en Manhattan fue más lejos de lo acostumbrado.