Cuando no pasa el dolor
Antonio Birabent, Juanchi Baleiron, Walter “Willi” Piancioli, Bambi Moreno Charpentier, Pipi Piazzolla, Sebastián Ortega y Gloria Carrá recuerdan al genial músico.
Nadie quiere crecer para decirle adiós a Gustavo Cerati. Ni los fanáticos de Soda Stereo, ni los seguidores de su excelsa carrera solista, ni los músicos argentinos que lo tuvieron de faro y algunos la fortuna de compartir escenario o estudio de grabación con el genial artista argentino. Todos hablan en presente. El pretérito no existe al recordar a un hombre cuya obra será eterna, y eso les pasa a Antonio Birabent, Juanchi Baleiron, Bambi Moreno Charpentier, Willi Piancioli, Sebastián Ortega y Gloria Carrá.
Gustavo fue y es un transmisor. Su poder como intérprete y compositor se resume en esa palabra. Una persona capaz de recibir, entender y transmitir en palabras y en sonidos. Yo creo que Gustavo es de esos músicos que no tienen reemplazo, como lo fue el flaco Spinetta; en mayor o menor medida, son tipos y fueron tipos que se fueron sin dejar la posibilidad de que alguien venga a reemplazarlos.
Gustavo irradiaba musicalidad, una musicalidad magnética que tenía tanto que ver con su personalidad, con su modo, y es un compositor que yo siempre siento cercano y agradezco poder haber compartido con él grabaciones, escenarios, y sobre todo la música como conexión.
Gustavo Cerati es uno de los más grandes poetas de nuestra música contemporánea. Un artista de una gran sensibilidad, y de una inspiración única, que nos regaló algunas de las canciones más originales de la música iberoamericana de todos los tiempos. Otro referente indiscutido de varias generaciones. Fue un verdadero orgullo homenajearlo, junto a Nat Geo, con un documental sobre su relevante e intensa vida y obra.
Gustavo siempre fue un faro que iluminó 360º el rock y el pop latinoamericano. Absolutamente fue eso. Inspiró, motivó, hizo que todo el mundo lo mire y admire. Al mismo tiempo él iluminaba y regalaba todo su talento en su obra. Lo sentí siempre, no solo ahora que él no está más, también lo dije cuando estaba vivo, solista o con Soda Stereo. Gustavo fue un exquisito balance de popularidad y fineza, buen gusto musical, sonoridad, modernidad, y al mismo tiempo clásico, una cosa difícil de encontrar. Definitivamente fue lo más completo que tuvieron el rock y el pop latinoamericano.