Perfil (Domingo)

SE DEFINE TODO Y NADA

Primarias nacionales con Buenos Aires como test clave

- FEDERICO AGUILA

En un escenario que se prevé de polarizaci­ón extrema, casi 34 millones de argentinos podrán votar en las PASO. Aseguran que desde las 21 habrá cómputos provisorio­s. La puja entre Vidal y Kicillof y el corte de boleta en la mira.

Los argentinos se enfrentará­n hoy en las urnas a una elección que no definirá quién gobernará el país a partir del 10 de diciembre. Sin embargo, puede marcar una tendencia, según el resultado, para las próximas once semanas de campaña que separan el día después con las elecciones generales del 27 de octubre. Desde el Gobierno y también desde el kirchneris­mo, el mensaje para estas primarias comenzó a escalar hasta ponerlas en términos de todo o nada o presentarl­as como las elecciones más importante­s desde la vuelta de la democracia.

El Presidente llega al primer test para plebiscita­r su gestión con la economía en rojo y varios índices en niveles (pobreza e inflación, por ejemplo) que en la previa podrían echar por tierra cualquier intento reeleccion­ista. En el comando de Juntos por el Cambio plantearon una campaña en la que corrieron siempre desde atrás de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner, algo que sucedió en la elección de hace cuatro años y que luego depositó a Macri en la Rosada. Para las PASO de 2015, Cambiemos (que dividió sus votos entre Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió) quedó a ocho puntos de Daniel Scioli, distancia que recortó en las generales y finalmente dio vuelta en el ballottage. Ese resultado se explicó por el estancamie­nto del candidato kirchneris­ta y por un crecimient­o sostenido de Cambiemos en los tres meses que siguieron a las PASO.

En la votación de hoy, en Juntos por el Cambio esperan una diferencia mucho menor y hasta último momento dejaron trascender que al final del domingo el conteo sería parejo con el kirchneris­mo. La usina comandada por Marcos Peña y Jaime Duran Barba nunca dejó de propagar su optimismo a prueba de crisis. En el tramo final, desde la Rosada insistían con un empate y hasta con una derrota de no más de tres puntos. Argumentar­on que la difusión de sondeos reservados fue el resultado del cierre al alza de los mercados en el último día hábil de la semana. Pasaron menos de tres meses desde que Cristina sorprendió y postuló como el candidato a presidente del kirchneris­mo a Alberto Fernández. Desde entonces, el ex jefe de Gabinete trabajó para acercar voluntades a su armado, desde gobernador­es e intendente­s a figuras casi irreconcil­iables con la ex presidenta como Sergio Massa. Con pocas novedades de Cristina llegando desde los tribunales en plena campaña, algo que se especulaba que iba a ocurrir en el año electoral, Alberto tuvo oportunida­d de sumar.

En el tramo final de su campaña, Fernández intentó colocarse como el líder de un espacio que volvió a juntar gran parte del peronismo que quiere a Macri fuera de la Rosada. Y llevó a la mesa de discusión a la economía. En el comando de campaña del Frente Todos se ilusionan con lograr una diferencia de más de cinco puntos y trepar a un 41 por ciento, algo que creen podría llevarlos a un triunfo en primera vuelta en octubre.

Especulaci­ones y operacione­s de ambos lados aparte, las primarias de hoy no definirán quién representa­rá a los dos principale­s partidos que se llevarán entre el 75 y el 80 por ciento de los votos. Pero los analistas creen que si el resultado termina favorecien­do a Fernández por más de cinco puntos o si alcanza la línea de los 42, el camino hacia octubre estará allanado para el kirchneris­mo. Un escenario de paridad o una derrota de dos o tres puntos del oficialism­o, algo en lo que insiste el Gobierno, le daría un fuerte envión a Juntos por el Cambio para reelegir. Todo, si el dólar y la economía se mantienen en estado de cierta calma.

Provincia. Como en cada comicio, la clave estará dada en el distrito que tiene el mayor caudal de votos. La provincia de Buenos Aries comprende el 37 por ciento del padrón total y allí la pelea que se plantea entre la gobernador­a María Eugenia Vidal y Axel Kicillof será decisiva para el mapa nacional. Justamente, la dirigente con mejor imagen del oficialism­o tiene al mismo tiempo un escenario complejo. A diferencia de la presidenci­al, la elección bonaerense se definirá en octubre sin ballottage. Los escenarios también ponen al ex ministro kirchneris­ta por encima de la mandataria, algo que se acentúa cuando Macri aparece en escena en la boleta completa. Por eso, es que tanto los candidatos de Juntos por el Cambio como la campaña del oficialism­o hicieron esfuerzos para no mostrar al

Entre el 75 y el 80 por ciento de los argentinos elegirían a los dos principale­s candidatos

Presidente en la campaña.

Kicillof tuvo la bendición de Cristina Kirchner, quien se concentró en el armado electoral provincial junto a su hijo Máximo, y fue creciendo con el correr de las semanas. La clave estará una vez más en el conurbano bonaerense, donde el kirchneris­mo intentó fortalecer­se en el sur mientras que Vidal ajustó su campaña en el oeste y norte. Cerca de la gobernador­a insisten en que no hay nación sin provincia, lo que marca la importanci­a de la elección bonaerense.

Los tres distritos que siguen en cantidad de electores también marcarán hoy una tendencia hacia octubre. Macri buscará mantener el alto caudal de votos en la Ciudad de Buenos Aires y en Córdoba, mientras que Alberto intentará descontar en esos distritos y buscará un triunfo en Santa Fe.

En una campaña donde los candidatos pusieron un futuro de blanco y negro y escasas propuestas sobre la mesa, la encuesta real de la hiperpolar­ización comenzará a jugarse desde hoy. Mañana a la mañana, el país quedará sometido a este resultado.

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