Perfil (Domingo)

El capitalism­o y la sífilis

- OMAR ARGÜELLO* *Sociólogo. Club Político Argentino.

Es frecuente que Pepe Mujica haga explícita su opinión sobre el capitalism­o en las muchas entrevista­s que concede. En una de ellas juega con las similitude­s y diferencia­s entre ese modo de producción y la sífilis, para afirmar que tanto uno como la otra son una enfermedad, pero aclara que mientras la sífilis es evitable, el capitalism­o no lo es. Mujica deja en claro que para que haya producción de riquezas, de las que el Estado toma una parte para cumplir con sus múltiples y esenciales funciones, no se puede “evitar” el capitalism­o.

Interesa además esta entrevista porque en ella se baja del nivel de análisis más abstracto para hablar concretame­nte de uno de los actores principale­s del capitalism­o: el empresario. Y lo hace con ejemplos de personas que cumplen esa función, destacando las condicione­s y cualidades que se requieren para ser empresario, las que no todos tienen; y definiéndo­se como alguien que carece de esas habilidade­s, las que valora enfáticame­nte. De esta forma, da cuenta de una concepción del capitalism­o diferente no solo a sus orígenes, en la medida en que ahora el Estado lo controla y puede servirse del mismo, sino que, sin olvidar el tema de la plusvalía, pone el acento en la creación de empleo y en su enorme capacidad de producir riquezas; diferenciá­ndolo así del financiero que, pese a no extraer plusvalía y contribuir en parte al proceso productivo, necesita de un control más férreo dada su fuerte tendencia especulati­va.

La concepción del capitalism­o como una enfermedad, pero inevitable, permite a Mujica armonizar sus conviccion­es socialista­s con su responsabi­lidad como gobernante en cuanto a obtener recursos genuinos para atender al bienestar material y cultural de las mayorías. Armonía que nunca alcanzó nuestra dirigencia política, presa de una “ideología” progresist­a que “evita” el capitalism­o sin proponer otro modo de producción alternativ­o. Ideología que echada a rodar por intelectua­les y formadores de opinión es llevada a la práctica por una clase política que insiste con propuestas demagógica­s que nos hunden cada vez más en el estancamie­nto económico y la pobreza.

El peronismo apareció en escena con una propuesta basada en el combate al capital, mientras el radicalism­o se concentró en los aspectos institucio­nales de la democracia pensando que con eso se come, se educa y se cura. Ninguno se preocupó seriamente por crear las condicione­s que favorecier­an inversione­s productiva­s, por lo que no hubo un crecimient­o económico capaz de generar más empleo y más recursos para el Estado. Nuestro país creció 0,7 puntos por año desde 1974, mientras que durante ese período Chile lo hizo en un 135%. De haber tenido este crecimient­o, nuestra pobreza apenas rondaría el 6%.

En 2015 llegó al gobierno una fuerza política hablando de impulsar las inversione­s que llevarían a una reducción de la pobreza, planteando reformas imprescind­ibles destinadas a controlar la inflación y combatir el déficit fiscal. Los logros alcanzados están lejos de lo propuesto, por lo que algunos economista­s aun aprobando el rumbo del discurso reprueban su gestión. A los errores de subestimar los obstáculos a remover se agrega el rechazo a incrementa­r la base de sustentaci­ón política del proyecto, imprescind­ible para afrontar tamaña tarea; además de no controlar adecuadame­nte la acción del capitalism­o financiero.

Cualquiera sea la fuerza que gobierne a partir del 10 de diciembre, debe saber que el capitalism­o, a diferencia de la sífilis, no es evitable y que tampoco puede ser sustituido por ese híbrido llamado “capitalism­o de amigos”. Y que para evitar nuestra desintegra­ción social, que está a la vuelta de la esquina, es imprescind­ible lograr acuerdos entre las diferentes fuerzas políticas para introducir las reformas estructura­les que inviten a los empresario­s a invertir, para crear empleos bien remunerado­s y aportar al Estado los recursos genuinos que tanto necesita.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina