Pediatras les dicen ‘no’ a los andadores para bebés
La Sociedad Argentina de Pediatría emitió un documento en el que desaconseja su uso. Advierten que pueden causar accidentes y además retrasar el desarrollo psicomotor.
Desde hace muchos años, los padres colocan a sus hijos en andadores por diversas razones: para entretenerlos, para mantenerlos ocupados mientras ellos realizan sus tareas, porque piensan que es un lugar seguro, porque creen que los ayuda a caminar con mayor rapidez y facilidad. Sin embargo, la evidencia actual demuestra que este dispositivo puede causar accidentes y no permite un adecuado desarrollo psicomotor de los niños. Así lo advierte el documento “Por qué decimos que no al uso del andador”, que acaba de emitir el Grupo de Kinesiología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
“Los andadores siguen encontrándose en el mercado y pasándose entre familiares y amigos. Nosotros como terapeutas los desestimamos, no solo por los accidentes domésticos que puede acarrear el uso del andador sino porque interrumpen y/o alteran las etapas de neurodesarrollo del niño”, dijo a PERFIL Carla Tognini, kinesióloga pediatra del Hospital de Niños Sor María Ludovica de la ciudad de La Plata y miembro del Grupo de Trabajo en Kinesiología de la SAP.
“Las mamás lo ven como un lugar seguro donde dejar al bebé, cuando en realidad no lo es.”
Los andadores son dispositivos o “medios de movilidad” en los que se introduce al niño y este puede sentarse o pararse. Mediante su impulso, también puede moverse y desplazarse en un plano horizontal. Están fabricados con madera, plástico o metal, y típicamente constan de un asiento de tela unido a bandejas rígidas, a su vez pegadas a una base con ruedas que posibilita su desplazamiento.
Un trabajo publicado el año pasado en la revista Pediatrics reveló que, en Estados Unidos, más de 230 mil niños de menos de 15 meses debieron ser atendidos en hospitales entre 1990 y 2014 por lesiones relacionadas con el uso de los andadores: 6.500 de esos niños presentaban fracturas de cráneo. En dicho país, la Asociación Americana de Pediatría no solo desaconseja el uso de andador, sino que ha solicitado que se prohíba su fabricación y venta, una medida que ya tomaron países como Canadá y Brasil.
En Argentina son escasas las publicaciones respecto de la prevalencia del uso de andadores y las lesiones que provocan. Según trabajos presentados en congresos de pediatría, el porcentaje de uso va del 40% al 72%. Y los niños que sufrieron accidentes y debieron consultar al médico varían entre el 16,5% y el 26% de los casos.
La mayoría de las lesiones graves relacionadas con el uso de andadores se deben a caídas
por las escaleras. Otros mecanismos de lesión son vuelcos o desplomes, atrapamiento de dedos y acceso a peligros, como las puertas del horno o sustancias tóxicas.
Marcha. El desarrollo motor del niño atraviesa varias etapas: gatear, trepar, explorar sus habilidades, pararse con apoyo. El documento señala que los andadores no solo no sirven para “estimular” la marcha, sino que además pueden provocar una postura inadecuada. “El desarrollo motor del niño debe ser respetado para cumplir con las etapas naturales del crecimiento; así es como los músculos y las articulaciones van madurando y el niño va adquiriendo destrezas y mecanismos de defensa para lograr una marcha funcional”, sostuvo Tognini. “Una consecuencia del uso del andador puede ser que el niño camine en puntas de pie. Con el uso del andador se le quita experiencia motora: se alteran las etapas de neurodesarrollo que son fundamentales para tener una buena bipedestación y marcha”, agregó.
Para Rubén Zabala, del Comité Nacional de Prevención de Lesiones de la SAP, los andadores son la frustración más grande de los pediatras: “A pesar de que advertimos que son riesgosos por las lesiones, porque retrasan el desarrollo psicomotor y reducen la marcha, se siguen utilizando. La razón es que las mamás ven el andador como un elemento seguro para dejar al bebé entretenido, cuando no es el lugar apropiado. Estamos tratando de ver estrategias para convencer o buscar cómo reemplazarlos, por ejemplo, con el uso de corralitos de malla”.
Desde la SAP se avanzó este año en una normativa para tener cunas más seguras, y se espera poder continuar con los andadores.