Pedofilia: con 53 testigos, arranca el juicio contra el pediatra del Garrahan
Mañana a las 10 comenzará el juicio en el Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas N°6 de Buenos Aires contra Ricardo Russo, el pediatra quien hasta mayo de este año era el jefe del área de Inmunología y Reumatología del Hospital de Niños Juan Garrahan, acusado de pornografía infantil y pedofilia.
Se espera que la etapa de reproducción de pruebas se extienda por cuatro jornadas, hasta el 4 de noviembre, aunque también podría estirarse dos días más. Por lo pronto, este lunes se materializará el arranque del debate, en el que participarán 53 testigos, de los cuales 36 fueron solicitados por las partes y 17 solo por la defensa.
En su casa. El profesional, de 55 años y con prisión domiciliaria desde inicios de septiembre, será acusado por la fiscal porteña Daniela Dupuy y por la querella –en representación del Consejo de Administración del nosocomio involucrado– por “producción, facilitación, distribución y tenencia con fines de distribución de material de pornografía infantil”, delitos con penas que van de los tres a los seis años de prisión.
Por su parte, Ricardo Izquierdo, abogado defensor del implicado, irá por la absolución.
A Russo, a quien la jueza María Laura Martínez Vega le aplicó la prisión preventiva el pasado 30 de mayo, lo responsabilizan de haberle tomado “al menos 39 fotografías a niñas de entre 8 y 12 años en una playa”.
En el fallo se lee que “de ningún modo es posible descartar la aludida finalidad sexual en las fotos, efectuadas con zoom a los glúteos y vaginas de las nenas, aún cuando las mismas se encontraban cubiertas con sus trajes de baño”.
Además, la fiscal Dupuy determinó que el médico también obtuvo nueve imágenes de niñas, todavía no identificadas, dentro del Garrahan, el 24 de noviembre de 2015. En ese sentido, un miembro del comité de ética del prestigioso centro de salud indicó que en las fotografías incautadas para la causa se observan las zonas genitales de las menores, que eran sus pacientes, y se destaca que “no fueron sacadas con fines científicos ni académicos, como alegó la defensa del acusado”.
Pese al delito por el que será sometido a juicio, Russo se encuentra en su casa, con acceso libre a internet y monitoreado con una tobillera electrónica.