María Teresa Andruetto
“El despido de más del 25% del personal de Cultura (en nuestro ministerio había 4 mil empleados y ahora hay menos de 3 mil, incluyendo doscientos que ingresaron con la gestión, supo decir con orgullo), la insensibilidad ante la situación del libro (su industria, sus librerías, editoriales, bibliotecas) siendo él un hombre que proviene del mundo del libro, la justificación de despidos por el perfil ideológico de los despedidos, el gasto desmedido en unos pocos megaeventos culturales olvidado del criterio de inclusión democrática a diversas manifestaciones culturales (tiene a su cargo promover, proteger, difundir y estimular las actividades vinculadas con la literatura, la música, la danza, las actividades coreográficas y las artes visuales, así como impulsar la reflexión y el debate en torno a aspectos centrales de la historia, la actualidad y el futuro del país fomentando la inclusión social a través del arte y la cultura y valorizando y difundiendo la diversidad cultural, dice el sitio web del Ministerio, el subrayado es mío) el vaciamiento o suspensión de recursos en/para espacios y programas culturales inclusivos, sus expresiones tan desafortunadas (a los fascistas les pido silencio) para quienes reclamaban que no se cerraran los institutos de formación docente en la Ciudad de Buenos Aires, durante la 44º Feria del Libro de Buenos Aires, son algunos aspectos que vuelven deplorable su gestión, pero no se trata (solo) de Pablo Avelluto, él ha sido un eficaz e insensible ejecutor de lo que quiso (o hubiera querido) para la cultura de nuestro pueblo el actual gobierno”.