México anuncia el descubrimiento de un gran yacimiento de petróleo
El gobierno mexicano anunció el descubrimiento de un nuevo yacimiento de hidrocarburos en el municipio de Tabasco, en el sureste del país, con un potencial de explotación de 700 millones de barriles de crudo.
Alivio.
El anuncio oficial, hecho por el director de la petrolera gubernamental Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero, cae como maná del cielo en momentos en que el país sufre un vertiginoso agotamiento de sus reservas.
De acuerdo con un análisis de la consultora Fitch, al ritmo actual de producción de Pemex se podría agotar el nivel de reservas probadas de 7.897 millones de barriles de petróleo crudo equivalente en ocho años.
Romero dio esta buena noticia al presidente Andrés López Obrador, quien realiza una visita a pozos y plataformas petroleras de la zona de las costas del Golfo de México, en la región sureste del país.
El pozo Quesqui promete unos 500 millones de barriles, pero se suma a los 200 millones de barriles que se espera extraer del pozo Quesqui 1, encontrado previamente.
López Obrador dijo que “el petróleo ha sido, es y será la palanca del desarrollo nacional”, señaló que su gobierno está “invirtiendo donde hay más rentabilidad para la nación” y recordó que, por primera vez en 14 años, se estabilizó la producción petrolera.
El jefe de Estado reprochó a sus predecesores que dejaran que se impusiera otra política, la de invertir en aguas profundas en el norte del país “cuando todos sabemos que el petróleo está en tierra, aquí en Tabasco, en Chiapas y en
Aguas Someras de Tabasco y Campeche”.
Producción.
De acuerdo con el presidente, con los veinte campos petroleros que se están trabajando se recuperará la producción de Pemex en la región sureste, que había caído de un millón de barriles diarios a solo la cuarta parte en unos pocos años.
“Mi cálculo, mi estrategia, van en el sentido de que a partir de 2012 vamos a tener más producción nacional y esos excedentes ya van a servir para impulsar el desarrollo de México”, para tener fondos destinados a “sembrar el petróleo” y tener presupuestos “para el bienestar de nuestro pueblo”, afirmó.
López Obrador se ha embarcado en una obra que sus críticos juzgan imposible: la construcción de una refinería en el puerto de Dos Bocas, en Huimanguillo, en Tabasco, su estado natal, que tendrá un costo de 7.500 millones de dólares y que entraría en funcionamiento en 2002.
La oposición considera que se trata de un proyecto “inviable” e “inútil” porque las refinerías no representan un buen negocio y México puede comprar refinados en el exterior y exportar más petróleo crudo, que es lo que realmente deja altas utilidades.
Sin embargo, el presidente, que cumplió la semana pasada su primer año en el poder, volvió a defender su proyecto.
La caída en los últimos años en las reservas petroleras obligó al gobierno del ex presidente Enrique Peña Nieto, que dejó el poder el 1º de diciembre de 2018, a promover la aprobación en el Congreso de una reforma energética que, por primera vez desde 1938, cuando el gobierno nacionalizó la industria petrolera, privatizó todas las ramas de la producción.
El desplome de las reservas y la caída de la producción obligaron a México a importar, por primera vez en veinte años, petróleo crudo de Estados Unidos, poco antes de que López Obrador llegara a la presidencia.