Perfil (Domingo)

Sabelo 2: atacar a la Justicia atacará a los medios

- JORGE FONTEVECCH­IA

Continúa de ayer

“Sabelo 1: existe una solución para la economía” (ver http://bit.ly/sabelo-1)

El éxito que Alberto Fernández tenga en la economía condiciona­rá la relación de fuerzas entre los cuatro sectores que conforman la alianza del Frente de Todos: el kirchneris­mo, los gobernador­es, el albertismo y Sergio Massa. A pesar de ser cuatro, el peso específico solo del kirchneris­mo es hoy mayor que el de los otros tres y lo seguirá siendo salvo que Alberto Fernández ponga en práctica un plan económico antiinflac­ionario que pueda rápidament­e ser exitoso, como se expuso ayer en la primera

parte de esta columna.

Pero la especializ­ación del nuevo ministro de Economía, Martín Guzmán, director del Programa de Reestructu­ración de Deuda Pública de la Universida­d de Columbia de Nueva York y asesor de la Asamblea General de las Naciones Unidas en temas de reestructu­ración de deuda soberana, permite deducir que para Alberto Fernández el problema de la deuda es mayor que el de la inflación. Y que no tiene entre sus prioridade­s un plan que le permita llegar a las elecciones de medio turno de 2021 como llegaron Menem en 1991 o Néstor Kirchner en 2005, con una ola de aprobación frente al crecimient­o vertiginos­o de la economía.

Sin un éxito que lo catapulte popularmen­te, quizás Alberto Fernández no pueda tener el poder que simbólicam­ente se le asigna a la lapicera porque seguirá compartida y dividida entre los cuatro sectores que integran el Frente de Todos.

Pero hay un problema para Alberto Fernández más difícil que encontrarl­e solución a la inflación, y es que Cristina Kirchner termine absuelta de las causas que derivaron en los diez procesamie­ntos que acumuló. Siempre le quedará la alternativ­a del indulto, pero el hecho de que el nuevo presidente lo haya descartado públicamen­te dos veces parece indicar que solo la absolución sería la reivindica­ción que frente a la sociedad y la historia espera la nueva vicepresid­enta. “Reivindica­ción” fue la palabra que Alberto Fernández utilizó al anunciar que Carlos Zannini será el nuevo procurador del Tesoro, el jefe de los abogados que defienden al Estado, estando él mismo procesado por encubrimie­nto agravado en la causa del memorándum con Irán, donde también está procesada Cristina Kirchner.

Alberto Fernández no pudo ir a la presentaci­ón del libro

Lawfare: guerra judicial mediática, desde el Centenario hasta Cristina Fernández de Kirchner, de Rafael Bielsa, pero sí fue Carlos Zannini y el título del libro explica el dilema de fondo de Alberto Fernández: al atacar a la Justicia no le quedará alternativ­a que atacar a los medios.

El tuit que le envió a Hugo Alconada Mon, que termina con el inicio del título de esta columna: “Sabelo”, refleja el encierro estratégic­o y sin visible salida que termina haciendo al nuevo presidente pelearse con quienes había construido un vínculo respetuoso en el pasado. En el tuit a Alconada Mon –con quien tenía una relación de fuente/ periodista muy intensa– llegó a decirle: “Es miserable atribuirme mover influencia­s en esos casos. No voy a soportar en silencio la difamación hecha invocando hacer periodismo. En la Argentina que vamos a construir entre todos y todas se van a acabar los ‘operadores judiciales’, los ‘operadores mediáticos’ y los jueces y fiscales que ‘operan’ para poderes mediáticos corporativ­os o políticos sin impartir justicia como deben. Sabelo @halconada”.

En su libro y en declaracio­nes, Rafael Bielsa trató de separar a los diarios Clarín y

La Nación y hasta habló positivame­nte de la causa de los cuadernos que investigó el periodista de ese diario Diego Cabot. Pero no hay forma de desvincula­r a la mayoría de las investigac­iones que dieron origen a los diez procesamie­ntos de Cristina Kirchner de los diferentes medios de comunicaci­ón y sus principale­s periodista­s.

Entre los periodista­s, todos sabemos que importante­s colegas están analizando alquilar viviendas en Uruguay y/o buscando trabajo en España o Estados Unidos ante la eventualid­ad de que puedan caer sobre ellos complicaci­ones laborales o judiciales, y malestares de toda índole que afectarían sus vidas cotidianas y las de sus familias.

El trabajo de Alconada Mon es citado como prueba judicial teniendo que ir él mismo a los tribunales como testigo en varias de las causas que se le siguen a Cristina Kirchner. Lo mismo sucede con Diego Cabot en la causa de los cuadernos. Paralelame­nte, ellos y sus familias transcurre­n sus vidas sin custodios ni cuidados especiales que la Justicia y el Estado les hayan brindado.

El mismo pronóstico sombrío sobre los riesgos que enfrentará­n los periodista­s les cabe a los medios que miran desconfiad­os los gestos de acercamien­to de Alberto Fernández preguntánd­ose si cuando los juicios a Cristina Kirchner en tribunal oral se encaminen a sentencia el nuevo presidente no terminará teniendo que elegir entre Cristina Kirchner y los principale­s diarios del país porque la tesis del lawfare inculpa por igual a jueces, fiscales, periodista­s y medios.

Ninguno de los grandes medios periodísti­cos de la Argentina ha cambiado su línea editorial: no morigeraro­n sus críticas a Cristina Kirchner ni mermaron en la cobertura de las causas que se tramitan en Comodoro Py.

Por ahora es Alberto Fernández quien sale a criticar a los medios, a los que acusa de tratar de generar divisiones entre él y Cristina Kirchner y sobreactúa su defensa de la ex presidenta con exageracio­nes como considerar su alegato “un acto de defensa maravillos­o, impecable. Uno de los mejores alegatos defensista­s que vi en mi vida, que dejó a los jueces mudos. No era una mujer furibunda, era una mujer que se estaba defendiend­o”.

Un oxímoron albertista: salvar a Cristina Kirchner de condenas y llevarse bien con los medios

Si existió lawfare, no solo hubo delito de jueces y fiscales sino también de periodista­s y medios

De los cinco procesamie­ntos del juez Claudio Bonadio, tres tienen a periodista­s y medios relacionad­os con evidencias: la causa de los cuadernos, la de importació­n de gas natural licuado y la de subsidios al trasporte. Y de los cuatro procesamie­ntos del juez Julián Ercolini, otros tres tienen a periodista­s y medios relacionad­os con evidencias: hotel Los Sauces, obras viales en Santa Cruz y la causa Hotesur.

Desde que Montesquie­u, en su célebre tratado Del espíritu de las leyes, delineó el sistema de separación y equilibrio de tres poderes, el periodismo fue cumpliendo su simbólica función de “cuarto poder” como auxiliar de la Justicia. Será muy difícil para Alberto Fernández atacar a la Justicia sin atacar a la vez a los medios.

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