“No sabemos el futuro de las series”
El director del Festival de Cannes, el más famoso del noveno arte, visitó otra vez Buenos Aires en el marco de Ventana Sur y la Semana de Cine
En su visita anual a Buenos Aires, donde programa y conduce la Semana de Cine del Festival de Cannes desde hace años, cuya nueva edición finaliza hoy con la proyección de Matthias et
Maxime, de Xavier Dolan en el nuevo Gaumont, Thierry Frémaux no para de definirse durante esta conversación como un “dinosaurio”. Es cierto, lo es. Pero el director del Festival de Cannes no es menos dinosaurio “que cualquier espectador que no necesita argumentar porque una película como El irlandés debería, con suerte, verse sin queja sobre su duración”. Se define como optimista, comparándose con su “amigo Quentin Tarantino”, y niega la noción que las nuevas generaciones “no conozcan a Bergman, Kurosawa o grandes nombres del cine”. En un mundo de cine cada vez más mezquino, hasta cuando es generoso, Frémaux resiste, sabiendo a conciencia de sus pecados y sus, claro, pequeños milagros.
—¿Qué representa el cine en este momento del mundo, donde se mezclan las revueltas sociales, el ascenso de cierta derecha y un falso “fin del cine”?
—Estamos por celebrar el 125º aniversario del nacimiento del cine, de Lumière, y eso implica que tiene una historia ahora larga, que tiene la misma importancia que la literatura o la pintura. Que el cine hizo a nuestra historia, y que a eso no hay vuelta que darle. Así es el cine hoy: universal. Pero hay muchas mentiras, mucha alerta falsa sobre el fin del cine y su muerte. Claro que me siento un dinosaurio, porque hablo de algo raro: estar todos juntos en una sala sin nada en la mano, sin celular, viendo una proyección a oscuras. Algo que en los comienzos del cine se dividió entre ese modelo, de los Lumière, y el modelo de Thomas Edison, de feria de circo, del cine al paso. La victoria de Lumière se dio porque la gente necesitaba reunirse. Hoy quizás el streaming es la revancha de Edison.
—¿No es el cine hoy la mezcla de esas dos cosas: el marketing que hace que todos hablen de la película de moda y por otro lado un modelo de producción que solo busca ganancias siderales con propiedades intelectuales?
—Las dos grandes mitologías del siglo XX son el cine y los deportes. Y el cine hoy es parte de la vida del planeta. Yo soy optimista al respecto. Cada vez más gente puede ir al cine y, claro, hay más gente que puede quedarse en casa. Para mí las pantallas, la televisión, son experiencias individuales y el cine siempre resistió estos embates, desde los años 60. Para mí es tan básico como: si en tu casa cocinas fantástico ¿dejas de ir a comer afuera?
—El cine es parte de una charla general, como pasa con “Avengers: Endgame” o “El irlandés”, ¿eso es un triunfo del cine o del marketing?
—Tenemos que llegar a la educación. Para que sientan el cine. Francia es importante para el cine porque ha tomado esa decisión, que haya cine en las escuelas, como hay literatura. Hay más espectadores en casi todos los países del mundo. Claro, hay aglomeración. Pero eso no quita que la gente esta ahí, que tiene una educación en salas. No sabemos cuál es el futuro de las plataformas. Pero sabemos cuál es el futuro del cine porque sabemos cuál es el pasado del cine. No sabemos qué va a suceder con las series. ¿Van a vivir dentro de ochenta años como sí lo hacen las películas Chaplin, Kurosawa y John Ford? Eso seguro que son obras de artes. ¿Las series? No sabemos. ¿Cuál es la serie más famosa del mundo? Game of Thrones. ¿Quién es el director? Nadie lo sabe.