De la realidad virtual a un robot educativo: los inventos de 2019
Entre las innovaciones también figura un dron submarino para analizar la contaminación y un equipo para delivery remoto.
Cada año, a principios de diciembre, los editores de la prestigiosa revista Time de los EE.UU. elaboran un selecto listado donde eligen una centena de inventos y desarrollos tecnológicos que fueron presentados durante los doce meses anteriores. Y llegan a ese lugar por ser ideas “inteligentes, originales, y también divertidas, cuya aparición puede contribuir a que tengamos un mundo mejor”. En esta edición resaltan los siguientes.
El Osso VR es un sistema adaptado para entrenar cirujano por medio de la realidad virtual (RV). Hasta ahora los simuladores de RV funcionan bien para la enseñanza de conductores y pilotos. Y Osso quiere llevar esa experiencia a un quirófano simulado por computadora para que los médicos puedan mejorar su “training” en operaciones médicas, realizadas en equipo, incluso a distancia. En 2026 la industria del VR dedicada a temas de salud facturará cerca de US$ 30 mil millones, según un estudio de Fortune Business Insights.
Aunque es un invento casi lógico, este año apareció un bastón digital pensado para discapacitados visuales y que mejora una idea antigua. El WeWalk combina la información que “sensa” del camino por delante de su usuario, y la funde con Google Maps. Así, el discapacitado no solo recibe información sobre el camino detallado que debe seguir desde la app de su Smartphone, sino que desde esa misma plataforma se suman alertas específicas sobre obstáculos elevados presentes en las veredas, con los que la persona podría golpearse. El bastón cuesta unos US$ 500.
El Roiby Robot es un pequeño instrumento educativo, pensado para ayudar en la escuela a chicos de entre 3 y 7 años. Roiby no solo es atractivo, sino que en su interior incluye un sistema de inteligencia artificial capaz de contar un cuento o enseñar conceptos básicos de historia y geografía u otros contenidos. Pero los genera en forma “personalizada” para los gustos y velocidad de aprendizaje del dueño del robot. Sus diseñadores piden unos US$ 189 por cada unidad.
Con forma de caja con ruedas y un par de sensores como “ojos”, Serve es una rara apuesta a automatizar el delivery de comida.
Sus creadores optaron por un sistema en el que el robot no es autónomo sino que un operador lo controla en forma remota. Pero eso sirve para abaratarlo. Planean hacer el debut de este sistema en Los
Angeles y San Francisco en 2020. ¿Será a prueba de vándalos?
Finalmente dos compañías unieron esfuerzos para crear un dron submarino, especializado en recoger muestras de agua y analizar su grado de contaminación por plásticos, la más reciente amenaza denunciada por Naciones Unidas. El prottotipo de MSAUV (Microplastics-Sensing Autonomous Underwater Vehicle) ya está siendo testeado en aguas de Hawai.