Perfil (Domingo)

No urge la necesidad

- EDUARDO OVIEDO*

La alternanci­a política en Argentina nuevamente cambia la orientació­n de la política exterior. Adherir a la Franja y la Ruta implicaría para el presidente Alberto Fernández diferencia­rse de la política exterior del gobierno de Mauricio Macri y aproximars­e a China. Ahora bien, ¿para qué firmar el memorándum de entendimie­nto sobre la Franja y la Ruta?

Una decisión de este tipo debe tener en cuenta la oportunida­d, habida cuenta que Argentina afronta el proceso de reestructu­ración de su deuda externa. Debe considerar­se que China está en una posición de espera, es sumamente pragmática en su diplomacia, y es campeona en aprovechar las oportunida­des que le brinda el sistema internacio­nal.

Los países beneficiad­os de la relación comercial con China vieron la necesidad imperiosa de adherir a la Franja y la Ruta, a fin de mantener la transferen­cia de divisas vía superávit comercial. Chile o Uruguay son economías que rápidament­e han firmado memorándum­s de entendimie­nto de adhesión al megaproyec­to chino. También otras economías altamente dependient­es de China, como Venezuela o Ecuador, lo hicieron. Otros, como México, parecen estar lejos de la Iniciativa. Argentina está a medio camino, producto de ser el gran perdedor de América del Sur en la relación con China.

El llamado “modelo Chile” sólo provino de aprovechar su relación con China y expandir el comercio al ritmo del crecimient­o chino. Argentina es la cara inversa. Sin embargo, cierto nivel de dependenci­a aparece con los préstamos en infraestru­ctura y swap, aunque debido al bajo nivel de exportacio­nes, el país no depende comercialm­ente de China, pese a que la potencia asiática es su segundo socio comercial.

A corto plazo, no existe necesidad de adherir a la Franja y la Ruta, a menos que la contrapart­e china ofrezca beneficios tangibles al interés comercial. Adherir a la Franja y la Ruta es una decisión que debe ser oportuna y correctame­nte negociada con la parte China, debiéndose tomar todo el tiempo necesario para revertir problemas que afectan al interés nacional argentino. Es ridículo que un país que exporta alimentos tenga déficit comercial con un gran importador de alimentos como es China. En este aspecto, es necesario revertir la política proteccion­ista china en materia agrícola, a pesar del lento y beneficios­o proceso de apertura que el gobierno chino viene realizado a los productos argentinos.

También, ante la falta de capital, hay que tener precaución y evitar caer en la “trampa de la deuda”, donde la diplomacia de Beijing se asegura la dependenci­a de nuevos actores a su esfera de poder, más allá del vínculo comercial, ya ampliament­e expandido a nivel mundial. n *Sinólogo. Investigad­or independie­nte del CONICET y profesor de la UNR

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CEDOC PERFIL VENTAS. A corto plazo la iniciativa no ofrece grandes beneficios.

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