Los mejores libros infantiles de 2019
Quizás sea porque su factura, en muchos casos, es casi artesanal o por estar ligada a una idea fuerte de transmisión cultural, lo cierto es que la literatura infantil, en la Argentina, logra desde hace mucho tiempo altos estándares de calidad. Este año, tres de sus títulos fueron incluidos en el catálogo White Ravens: Dime cómo vuelas, de Laura Witner y Marcos Farina, de la editorial Tres en Línea; La jaula, de Germán Machado y Cecilia Varela, publicado por Calibroscopio, y Dentro de una cebra, de Micaela Chirif y Renato Moriconi, de la editorial Limonero, la misma que ganó este año el premio a la mejor editorial de América Latina en la Feria del Libro de Bologna. De la gran cantidad de títulos publicados este año, elegimos algunos pocos que podrán dar cuenta de la nobleza de una producción que se diversifica año a año: Las ricas horas de Jacominus Gainsborough, de Rébecca Dautremer, de la editorial Edelvives. Con una estética retro que homenajea a Beatrix Potter e imágenes de una elaboración asombrosa que invitan a detenerse en todos los detalles, cuenta el paso de una vida tan común como la de cualquiera.
La fiesta de Pinzón, de Wouter Van Reek, de la editorial Pipala. El pájaro Pinzón y su amigo, el perro Tungsteno, llevan a cabo una de sus sorprendentes ideas que crecen hasta desbordarlos.
De la editorial Limonero, Bimbi, de la ilustradora suiza Albertine, un “cuaderno de autora” que captura, sin palabras y con dibujos en blanco negro, imágenes de infancia que, como un baúl lleno de juguetes, nos transportan al pasado.
La jardinera, de Violeta Parra y Violeta Valdivia, del sello A la Orilla del Viento. Una lectura amorosa y sensible –como la obra de Violeta Parra– de una de sus canciones más bellas, y para quien se anime a cantarla con guitarra, incluye las notas y los acordes.
¿Qué te imaginas?, de Cecilia Garavaglia y Mey Clerici, de la editorial Arte a Babor. A partir de textos de Kandinski, Gaudí, Monet o Grete Stern, la autora propone preguntas que disparan las ganas de crear de los pequeños lectores.
De la editorial Tres en Línea, Ida y vuelta, de Juliana Vido, un recorrido visual por una avenida en la que de ida se ven los frentes de los edificios, y de vuelta, todo lo que pasa en su interior, en un libro desplegable de 1,40 m de largo.
De noche en el bosque, de Ana María Machado, de editorial Norma. Los cuentos tradicionales contados por dos hermanitos a sus cansados padres, como solo ella es capaz.
Las iguales, de Andrea Ferrari, de editorial Santillana. En épocas de mirada puesta en la diversidad, una historia sobre la pesadilla de la igualdad absoluta y cómo se las ingenian dos gemelas para diferenciarse.
¡Adiviname!, de Jorge Luján y Pablo Bernasconi, de la editorial La Brujita de Papel y el viejo juego de las adivinanzas ilustradas con el trazo de Bernasconi. Y cualquiera de los títulos de Niño Editor, una editorial dedicada al rescate de textos tradicionales de todo el mundo, como los de la serie del genial artista y diseñador Bruno Munari, precursor de los libros con solapa. n