El aporte (hasta ahora) invisible a la producción
La economía empieza a incorporar el análisis de género en el día a día. El trabajo invisible, el del cuidado de las familias y los hogares, que hace que la rueda se mueva día a día, aporta a la actividad pero no se mide.
¿Cuánto representa en el PBI el trabajo no pago? ¿Es la principal actividad de servicios? En la Argentina, la principal fuente de empleo para las mujeres es el trabajo en casas particulares. Incorporar una Dirección de Género al Ministerio de Economía es un hecho inédito en el país, aunque no en el mundo, así como un Ministerio ad hoc, a cargo de Elizabeth Gómez Alcorta. La foto de gabinetes paritarios o reuniones 50/50 con empresarios y gremios todavía sigue siendo idílica aunque que los principales funcionarios del Gobierno hayan participado de una capacitación de género es un avance.
Medir el impacto de las medidas económicas en los sectores más postergados es indispensable para poder avanzar en la igualdad. Por eso la sección 50/50 de PERFIL busca visibilizar esa búsqueda, desde las mujeres indígenas que reclaman por las condiciones de vida y producción hasta las empresarias que aspiran a una silla en los directorios. La semana pasada, en una reunión de economistas de Estados Unidos, se debatió por qué la baja representación de mujeres en las escalones más avanzados de las carreras y los puestos de trabajo.
Las universidades también revisan sus currículas para incorporar el género e incluso ir más allá: un tratamiento ético de la economía. La esperanza es que más mujeres (y sobre todo, feministas, aunque todavía muchas mujeres que comparten los objetivos del feminismo sean reticentes a definirse como tales) en la producción y el análisis de economía contribuyan a generar un mundo más igualitario.
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