Perfil (Domingo)

“La deuda no es el tema más grave que tiene la Argentina”

Es el autor del plan antiinflac­ionario más exitoso cuando fue lanzado y un defensor de la estrategia opuesta a la que encaró el Gobierno apenas asumido. Sin embargo, en el pasado compartió espacio político con Alberto Fernández y muchas figuras de su ento

- JORGE FONTEVECCH­IA

—¿Por qué no dio reportajes en los últimos tiempos?

—No me gusta ser comentaris­ta político o económico. Me gusta opinar sobre la economía y la política pero desde un punto de vista de la palabra escrita. No es fácil transmitir esas ideas así en programas cortos de televisión o de radio.

—Acá va a tener tiempo para extenderse.

—Sí, por eso acepté. Leí muchos de los reportajes que usted hizo y me parecen muy buenos. Uno tiene oportunida­d de explayarse.

—¿Sigue siendo deficiente el control de cambio, como usted escribió en Cavallo. com.ar, cuando lo instaló Mauricio Macri al final de su mandato?

—Sí. Le asigno mucha importanci­a a que la economía funcione como una economía bimonetari­a eficiente. El mejor ejemplo es Perú, que desde principio de los 90 tiene una economía bimonetari­a con convertibi­lidad.

—Pero diferente a la suya porque el valor no es fijo.

—Exactament­e. Pero es convertibi­lidad. Convertibi­licolmo, dad no es sinónimo de tipo de cambio fijo. Es que la gente pueda pasarse de una moneda a otra, pueda ahorrar en la moneda que le inspira más confianza, pueda conducir sus transaccio­nes en una moneda que le preste un buen servicio. Eso es convertibi­lidad. Por supuesto que es muy importante que en un sistema bimonetari­o haya estabilida­d cambiaria, que no existan fluctuacio­nes tendencial­es, por ejemplo, que la moneda local se devalúe permanente­mente o se aprecie permanente­mente. Pero es bueno y tiene algunas virtudes el hecho de que pueda fluctuar frente a shocks externos que recibe la economía.

—¿Ese era el talón de Aquiles de su convertibi­lidad?

—Para que haya una convertibi­lidad flotante se necesita que ya la moneda local haya adquirido un cierto grado de confianza por parte de la gente y, entonces, pueda competir.

—Pero volviendo al hoy. ¿Qué riesgos tiene el deficiente control de cambio?

—El riesgo está en que se instale la idea de que se va a ir de nuevo a una pesificaci­ón obligatori­a o compulsiva. Para

sale Eduardo Duhalde a decir: “Fue un error compromete­rse a devolver los depósitos en dólares”. Esa afirmación va en línea con lo que aparece como el pensamient­o predominan­te, aparenteme­nte inspirado por Mercedes “El Gobierno debe asegurarse de que no se precipite un default antes del 31 de marzo.”

Marcó del Pont en el Gobierno: que habría que forzar a la gente a manejarse en pesos.

—Desdolariz­ar la economía.

—La única forma de desdolariz­ar una economía de manera constructi­va para que ayude a que funcione mejor es crear gran confianza en el peso, no obligar a la gente a manejarse con pesos cuando la gente advierte que de esa manera perdería el valor de sus ahorros, se quedaría sin el fruto de su trabajo.

—¿Sigue viendo riesgo de descontrol monetario, como escribió en su blog?

—En una economía en la que no se alienta, y más bien, se trata de trabar el hecho de que la gente pueda, si quiere, ahorrar en dólares, va a haber siempre exceso de emisión monetaria. La única alternativ­a que va a tener el Gobierno para financiar su déficit y el sector privado para financiar su actividad es conseguir crédito interno en pesos. Si ese crédito no se genera por vía del ahorro, sino que se genera porque lo decide el Banco Central, obviamente resultará de la pura emisión monetaria. El resultado es que la emisión monetaria, más que crear crédito, terminará creando más inflación. Pero eso no significa que en lo inmediato se corra el riesgo de un descontrol monetario total. Yo hablo más bien del sistema monetario, cambiario y financiero que necesita una economía para estabiliza­r y crecer al mismo tiempo.

—¿Puede derivar en una hiperinfla­ción?

—No necesariam­ente hiperinfla­ción, pero puede haber una gran expansión monetaria.

—O sea, ¿una gran inflación aunque no sea híper?

—La primera manifestac­ión va a ser una brecha cambiaria entre el contado por liquidació­n, el dólar bolsa, el dólar paralelo y el dólar oficial, el dólar comercial, que se acreciente. Y cuando ya esa brecha muy grande haga difícil que el Gobierno siga controland­o el dólar oficial, ahí se corre el riesgo de que vuelva a haber una fuerte devaluació­n y que de nuevo se instale una espiral inflaciona­ria.

—¿Esa brecha sería del 50%, como en la época final de Cristina Kirchner? ¿Ese 9 del oficial y 15 del paralelo? ¿Resiste hasta ahí?

—No me gusta dar números, máxime sobre un manejo de la economía que es completame­nte incierto, impredecib­le. Pero el problema va a comenzar a manifestar­se cuando el tipo de cambio en los mercados semilibres (no son del todo libres, pero tampoco son ilegales) esté por arriba del 30% que pusieron como impuesto a quien quiera comprar dólares para atesoramie­nto en esos hasta 200 dólares por persona. O los dólares para el turismo. Pienso que en

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FOTOS: MARCELO ABALLAY EL PRESIDENTE: ”Tengo respeto personal por Alberto Fernández. Tuvimos una muy buena relación”.

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