El impeachment es un riesgo también para la oposición
Los analistas coinciden en que el juicio político que comenzará el martes absolverá al presidente, pero puede comprometer las chances de los demócratas en las elecciones.
Mientras Donald Trump espera con calma su juicio político, que está en manos de un Senado controlado por su partido, ahora son los demócratas los que se ponen aprehensivos. En campaña para las elecciones primarias que van a decidir quién va a enfrentar al presidente en noviembre, por lo menos tres precandidatos tienen que volver a Washington para participar del impeachment de Trump, lo que puede perjudicar sus campañas en este momento crucial.
Ningún otro país ha visto tantos procesos de impeachment como Estados Unidos. La Cámara de Diputados, responsable de iniciar el proceso, ya ha conducido más de sesenta investigaciones y decidido empezar más de veinte juicios en contra de presidentes, senadores y jueces federales. Muchos presidentes, como George W. Bush y Barack Obama, fueron investigados por la Cámara, pero nunca llevados a juicio. Richard Nixon, por otro lado, evitó el impeachment al volverse el primer presidente estadounidense a presentar su dimisión. Así que tras los procesos a Andrew Johnson en 1868 y a Bill Clinton en 1999, Donald Trump es ahora el tercer presidente de Estados Unidos en ser llevado a juicio político.
“El impeachment es como cualquier otro juicio,” dice a PERFIL J. Miles Coleman, editor asociado de Sabato’s Crystal Ball, una organización enfocada en el análisis de la política estadounidense. “La Cámara lo investigó y votó por abrir un juicio en contra del presidente. Ahora lo que hace el Senado es actuar como jurado. Hay una audiencia, y los senadores deciden si quieren llevar cargos formales en contra de Trump, condenarlo, y por fin, destituirlo”.
Sin embargo, a diferencia de en la Cámara, donde solo fue necesaria una mayoría simple para iniciar el juicio, en el Senado al menos 67 de los cien senadores tienen que considerar culpable a Trump para que deje la presidencia, que nunca ha pasado en la historia de Estados Unidos, ya que tanto Clinton como Johnson fueron absueltos por el Senado y pudieron terminar sus mandatos.
Además del factor histórico, Trump tiene otro elemento en su favor: mientras la Cámara es controlada por los demócratas, el Senado tiene mayoría republicana, y por eso se descuenta que el presidente será absuelto.
Coleman destaca el contexto de polarización del país como otra razón para explicar por qué Trump se librará de la destitución. “Quizás en momentos menos polarizados, como cuando Bill Clinton fue a juicio, esto podría tener un desenlace distinto. Pero en este momento el impeachment es una extensión natural de la polarización, así que los republicanos no van a ceder”.
Demócratas. Capri Cafaro, profesora de la Escuela de Asuntos Públicos de la Universidad Americana y especialista en política estadounidense, cree que, con la supervivencia de Trump prácticamente garantizada, lo más importante ahora es el impacto que puede tener el proceso para los precandidatos demócratas a la presidencia. Aunque cada estado tenga su propio calendario, en algunos, como Iowa,
Nueva Hampshire y Nevada, las primarias demócratas se llevan a cabo en febrero, y para los candidatos que también se desempeñan como senadores, participar del juicio en el Senado puede impactar negativamente en sus campañas.
“Si soy un candidato como Elizabeth Warren, Amy Klobuchar o Bernie Sanders, quiero estar en los estados donde se vota temprano haciendo campaña, no asistiendo a un juicio en el Senado”, dijo Coleman. “Si es un juicio largo, esto puede perjudicar muchísimo sus campañas. Ya es una campaña difícil para los demócratas, pero el impeachment hizo que ellos se volvieran muy cuidadosos acerca de sus próximos pasos.”
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