Mujeres, protagonistas de las protestas callejeras en la India
Ellas están en la primera línea de las manifestaciones contra una ley considerada discriminatoria hacia la minoría musulmana.
De Nueva Delhi a Calcuta, las mujeres lideran las manifestaciones que desde hace un mes y medio se registran en India contra una ley de ciudadanía considerada antimusulmana y que están desafiando al gobierno nacionalista hindú.
En diciembre, centenares de miles de personas salieron a las calles para protestar contra esta ley pero, desde entonces, la protesta ha entrado en una nueva fase.
Su cara más visible son doscientas mujeres que día y noche ocupan una autopista en Nueva Delhi, y que animan a otras a imitarlas en otras partes del país.
En Bihar, Uttar Pradesh, Kerala, Madhya Pradesh o el estado de Bengala Occidental, onpresunta deando pancartas y banderas indias, las sentadas ciudadanas pacíficas se repiten en este país de 1.300 millones de habitantes. El objetivo es denunciar esta normativa que concede la nacionalidad india a los refugiados siempre y cuando no sean musulmanes.
“Hindúes, musulmanes, sijes, mujeres, ancianas, niños... Todo el mundo está aquí. Nuestra voz se oye en todas partes”, declaró Asmat Zamil, una de las 150 mujeres que ocupan desde hace días un parque de Calcuta, siguiendo el ejemplo de las mujeres de Nueva Delhi.
Miedos. Aunque la ley no afecte a los musulmanes indios, generó el miedo de esta minoría, que representa un 14% de la población india, y que teme que el gobierno nacionalista los convierta en ciudadanos de segunda categoría.
La movilización produjo, en sus inicios, violentos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden que se saldaron con la muerte de 27 personas.
En Uttar Pradesh, controlado por los nacionalistas hindúes, el movimiento fue particularmente violento y sangriento y más de 6 mil personas fueron detenidas por haber protestado contra esta ley.
Las protestas desafían el poder del primer ministro Narendra Modi, reelegido cómodamente en 2018.
Pese a que el Parlamento votó la ley el 11 de diciembre y la norma comenzó a aplicarse en enero, la cólera sigue intacta.
En la ciudad de Gaya, en Bihar, al norte, cientos de manifestantes ocupan un terreno desde hace tres semanas pese al frío invernal.
“No podemos quedarnos callados en casa mientras el gobierno sigue decidido a arrebatarnos nuestra nacionalidad por razones religiosas”, afirma Shagufta Amin, mujer que participa en una sentada en el vecindario de Sabzi Bagh, en Patna, la capital de Bihar.
Durante los fines de semana, la concentración en Sabzi Bagh llega a miles de personas y responsables políticos y líderes comunitarios se turnan para tomar la palabra.
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