La cuenta secreta de Nisman en EE.UU. está ‘abandonada’
La convocatoria fue de dos grupos internos de Juntos por el Cambio. Estuvo presente la madre del fiscal, Sara Garfunkel. También dirigentes como Carrió, Bullrich, Ocaña y Lombardi.
La frase se convirtió en un estribillo político. Así fue repetido y coreado por las más de cinco mil personas que fueron a la Plaza del Vaticano, pegada al Teatro Colón, para homenajear a Alberto Nisman. “Justicia perseguirás. No fue un suicidio, fue un magnicidio”: tal fue el mantra colectivo del acto. Además así se tituló el documento leído ayer por la tarde, a cinco años de la muerte del fiscal. Los dirigentes opositores se pararon al lado y abajo del escenario, pero no hablaron. Patricia Bullrich se consagró como una de las figuras más buscada y querida por un público definitivamente afín a Cambiemos.
La AMIA, DAIA y la asociación de fiscales (que había tenido un gran protagonismo en las marchas de 2015) se despegaron del evento. Tampoco estuvieron las dos hijas y la ex esposa del fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado.
Entre los presentes no había dudas. No existían matices, pese a los vaivenes de la investigación y a los cuestionamientos que recaen sobre la última pericia de Gendarmería: a Nisman lo asesinaron. Con una certeza más: lo mataron por encargo de Cristina Kirchner. Cada vez que el texto hacía alguna alusión a la vicepresidenta, fuera explícita o indirecta, la muchedumbre se encendía: “¡A-se-si-na, a-sesi-na!”, cantaba.
Al presidente Alberto Fernández, en cambio, le dedicaron silbidos y el mote de títere. Pero fueron referencias mucho menos cargadas de odio. El escrito incluso ensayó una hipótesis sobre cierto cambio de postura de Fernández sobre la muerte de Nisman: “Pactaron (con Cristina Kirchner) una candidatura a cambio de impunidad”.
En su primera parte, planteó: “Nisman anunció que iba a presentar pruebas contra la entonces presidenta de la Nación como principal encubridora de los responsables del atentado a la AMIA y, 4 días después, apareció muerto. Nadie que se crea dueño de una verdad se suicida, nadie que tenga semejante entusiasmo vital se quita la vida”. Y enseguida concluyó: “Por eso hoy aquí decimos: Justicia Perseguirás. No fue suicidio, fue un magnicidio”.
El documento fue leído por partes. Se lo dividieron en ocho fragmentos, entre los promotores del acto. ¿Quiénes fueron los organizadores? Dos agrupaciones, llamadas Equipo Republicano y Equipo Banquemos. El de los republicanos es el más antiguo: fue creado en 2014, en apoyo al fiscal José María Campagnoli, suerte de adversario judicial del kirchnerismo por aquel entonces. Banquemos apareció después de las últimas PASO. Ambos colectivos comparten un grupo de whatsapp de unas 50 personas. De ahí surgió la idea de la manifestación de ayer. “Todos formamos parte de Cambiemos desde la ideología, ya sea PRO, ARI, Coalición o UCR”, admite una de las fundadoras de los republicanos Aura Marina Ríos Flores. Porteña de 62 años, Ríos Flores fue una de las oradoras. El carácter amateur de la marcha se percibió en la calidad pobre del sonido y la logística general. Lejos del profesionalismo del Sí se puede Tour macrista, lo de ayer a la tarde fue hecho de forma más improvisada.
“No fue un suicidio, fue un magnicidio”, fue el mantra más repetido
Si bien antes de arrancar con la lectura aclararon que se trataba de un encuentro “desprovisto de toda bandería política”, la cercanía con Cambiemos estaba en el aire. Se evidenció en el perfil de la dirigencia presente: Elisa Carrió, quien evitó ir hasta el escenario con el resto de los políticos; los ex funcionarios Bullrich, Hernán Lombardi, Claudio Avruj y Alejandro Finocchiaro; Waldo Wolf, Fernando Iglesias, Héctor “Toty” Flores, Yamil Santoro, Graciela Ocaña, Martha Pelloni, Mariana Zuvic y Maximiliano Ferraro, entre otros. Más alejado y por su cuenta, el falso ingeniero Juan Carlos Blumberg también decidió estar. “Lo mató el gobierno de la ex presidenta”, aseguró Blumberg ante PERFIL.
La mamá de Nisman, Sara Garfunkel, se subió al escenario, pero evitó hablar en público. Garfunkel mantuvo su perfil bajo habitual. La acompañó su abogado, el radical Pablo Lanusse. Y al cierre del encuentro se fue caminando por Cerrito junto a Waldo Wolf. El acto duró poco más de una hora, y mantuvo un tono monolítico y sin ningún tipo de ambigüedades sobre la muerte de Nisman.