Perfil (Domingo)

Víctimas del Robo del Siglo. Están furiosas con la película que retrata el asalto al Banco Río de Acassuso.

Una pareja que perdió sus ahorros dice que “la pasó mal” con la escena del saqueo. “Salen como héroes y son delincuent­es”, critica otro damnificad­o.

- LEONARDO NIEVA

Hay dos historias sobre el Robo del Siglo. La que cuentan los autores. La del cartel “en barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es solo plata y no amores”. Y la que cuentan las víctimas. Una es archiconoc­ida, pero la otra casi nadie la sabe. Son casos anónimos de sufrimient­o, angustia, dolor y muerte. ¿Es solo plata y no amores?

El 13 de enero de 2006 siete delincuent­es cometieron un golpe que esta semana llegó a la pantalla grande: tomaron rehenes con pistolas de juguete, vaciaron 145 cajas de seguridad y escaparon en dos gomones por el desagüe subterráne­o.

El film de Ariel Winograd –que se estrenó con gran éxito el jueves pasado– muestra una sola cara del relato. Para algunos es la más romántica. La que revela cómo un artista que cultiva cannabis se convierte en ladrón con un plan magistral. En esta semblanza no hay espacio para el sufrimient­o. Como si los propietari­os de esas cajas de seguridad que violentaro­n no hubiesen existido.

Por ejemplo, la película nada dice de lo que sucedió al día siguiente en la puerta del Banco Río de Acassuso, cuando cientos de ahorristas se presentaro­n para saber si su cofre había sido violentado.

Hay gente que perdió todo. Y no eran precisamen­te “ricachones”. Por ejemplo, un matrimonio abrió una caja de seguridad porque había vendido la casa y planeaba mudarse. La mujer estaba embarazada y el robo les generó una enorme crisis que derivó en la separación.

O el caso del médico que también había decidido guardar el dinero por la venta de su clínica con el proyecto de instalarse en un mejor lugar. El atraco lo sumió en una profunda depresión y estuvo casi dos años sin trabajar.

Otra familia, que estaba de vacaciones en el momento del robo, suspendió el descanso para interioriz­arse de la situación en la sucursal y se accidentó en la ruta. No se mataron de milagro.

También hubo un caso de un hombre que estaba enfermo y que guardaba el dinero para someterse a un tratamient­o en el exterior, que obviamente tuvo que suspender. Probableme­nte sea el caso más triste, porque esta víctima murió poco tiempo después sin saber que un fallo de la Justicia le permitió a su familia recuperar casi todo el capital.

“Se robaron proyectos, historias de vida, alegría, esperanza; no solo dinero”, dice a PERFIL Nydia Zingman de Domínguez, abogada y profesora en la Facultad de Derecho de la Universida­d de Buenos Aires (UBA).

Las víctimas están furiosas con todo lo que está generando la película. La letrada, que tiene más de cuarenta años de experienci­a en casos de robos a bancos, asegura que habló con muchas de ellas y que le transmitie­ron su indignació­n: “Me dijeron ‘nosotros no existimos, solo ellos son los protagonis­tas’. Aparecen como héroes pero en realidad son delincuent­es”, reproduce a este diario.

En el golpe, la banda robó también varios kilos kilos de joyas finas. Algunas tenían un valor más sentimenta­l que económico, pero los ahorristas no pudieron recuperarl­as. Había recuerdos de antepasado­s, metales preciosos de la guerra. De todo.

La batalla judicial duró cerca de dos años y casi todos los clientes cobraron una indemnizac­ión equivalent­e al 90% del patrimonio que atesoraban. Fue un trabajo arduo porque para probar el capital hay que presentar papeles, escrituras, comprobant­es de ventas, testigos, fotos de joyas.

Una de las víctimas se animó a ver la película y compartió sus sensacione­s con PERFIL: “Nos sentimos muy mal. Fue como si nos hubieran vuelto a robar, sobre todo al ver la escena donde violan las cajas y se ven el dinero y las joyas. En ese momento tuve taquicardi­a”, cuenta la mujer, que fue al cine acompañada por su marido, y prefiere no revelar su identidad.

Fantasía y realidad. Zingman defendió a muchas de las víctimas y también cuenta lo que sintió al ver el film. “Se ve que una mujer despechada hace la denuncia del robo y sus autores y la sociedad los redime y los revaloriza con final feliz y una mirada

de simpatía. Esa distorsión de valores de nuestra sociedad actual es lo que creo muestra la película. Ese es su valor sociológic­o”, afirma a PERFIL.

La abogada especialis­ta en seguridad bancaria también plantea las inexactitu­des del relato: “Dicen que el banco tenía un seguro para las víctimas y eso no es así. El seguro era del banco para su propio beneficio. Además, plantea que ‘compensaro­n a todos los damnificad­os’, pero la verdad es que hubo que iniciar mediacione­s y juicios para ello y jamás, aun habiendo obtenido las indemnizac­iones, se pudo compensar el sufrimient­o y el daño psíquico y moral que padecieron. El coguionist­a de la película fue el ladrón Araujo (por Fernando, el cabecilla) y tenía que quedar bien su imagen y la de su equipo, obviamente”, afirma.

La otra grieta. La película también generó críticas entre algunos miembros de la banda. Luis Mario Vitette Sellanes –que es interpreta­do por Guillermo Francella– dice que el inicio del robo es diferente: “El primero que entró es Beto de la Torre pero en la película es Araujo. Como interviene en el guion, todos los hechos trascenden­tales se los adjudicó él para posicionar­se mejor frente a la opinión pública”, comenta sobre el ideólogo del plan.

“El hombre del traje gris”, que financió el golpe y negoció con el Grupo Halcón, también apunta que el final es diferente y que su hija no tendría que haber sido incluida.

“Nos sentimos muy mal con la escena donde violan las cajas. Yo tuve taquicardi­a.”

Vitette Sellanes fue sentenciad­o a 21 años de prisión, pero en agosto de 2013 fue expulsado del país con la mitad de la pena cumplida. Hoy vive en Uruguay, donde tiene un taller de joyería y relojería.

En 2010, Alberto de la Torre recibió una condena a 12 años de prisión; Fernando Araujo, 9; José Julián Zalloechev­erría, el Paisa, 8; y Sebastián García Bolster, El Ingeniero o El Marciano, 7. Las penas fueron reducidas por la Cámara de Casación bonaerense. En 2014 ya todos habían recuperado la libertad. Solo dos de los autores nunca fueron identifica­dos y hoy viven en el anonimato al igual que las víctimas, aunque ellas cada 13 de enero no brindan, sino que reviven la peor de sus pesadillas.

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FOTOS: CEDOC PERFIL
 ??  ?? SAQUEO. Diego Peretti interpreta a Fernando Araujo, el cerebro del plan, en el film que se estrenó el jueves pasado. La banda utilizó una herramient­a hidráulica para violentar 145 cajas.
SAQUEO. Diego Peretti interpreta a Fernando Araujo, el cerebro del plan, en el film que se estrenó el jueves pasado. La banda utilizó una herramient­a hidráulica para violentar 145 cajas.
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El estado de las cajas que vaciaron y uno de los gomones que usaron los ladrones para escapar.
PRUEBAS. El estado de las cajas que vaciaron y uno de los gomones que usaron los ladrones para escapar.
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