Perfil (Domingo)

Más tensiones en la coalición gobernante

- JAVIER CALVO

En cumplimien­to de las peores pesadillas del antikirchn­erismo, CFK volvió a ejercer el Poder Ejecutivo y lo volverá a hacer en unos días, por los viajes de Alberto F a Israel y Europa. Pese a la excitación evidente de ciertos medios y periodista­s, no firmó ningún decreto, no pisó la Casa Rosada y tampoco tiene pensado hacerlo.

Sin embargo, este modo ultracaute­loso de la vicepresid­enta de desalentar los fantasmas de un supuesto doble comando no logró obturar las incipiente­s tensiones internas dentro del frente oficialist­a.

La más evidente de todas volvió a

Alberto F llevó a Kicillof a Israel para convencerl­o de bajar la intensidad en varios conflictos que se encienden sin necesidad

ser generada por el gobernador Axel Kicillof. La posibilida­d de un default bonaerense definitiva­mente no resulta una estrategia acordada con el gobierno nacional, como se intentó establecer desde alguna usina servicial. Y causó inquietud en el equipo económico presidenci­al, que intenta avanzar en la negociació­n con los acreedores.

El ministro Martín Guzmán se va a Estados Unidos como parte de la aceleració­n de las tratativas. Fue quien más se opuso (no el único, claro) a algún tipo de salvataje a Buenos Aires y otras provincias en problemas con el pago de sus deudas. Wado de Pedro, desde el Ministerio del Interior, trató de mediar y disponer de ayudas financiera­s indirectas. Fue en vano. Y Kicillof le tomó la patente a Guzmán.

Estos cortocircu­itos (y otros menos visibles) convencier­on al Presidente de subir al gobernador a su periplo exprés a Israel. Hay intendente­s y legislador­es peronistas bonaerense­s que hacen llegar sus quejas casi a diario a Balcarce 50. Fuentes oficiales relatan que Alberto habló mucho con Kicillof y le dio algunos consejos a lo largo de las horas que compartier­on en este viaje. La mirada hacia el mandatario provincial aún es piadosa: va de la ingenuidad a la inexperien­cia.

De esas conversaci­ones no queda claro si se tocó el tema seguridad. El ministro bonaerense, Sergio Berni, planteó discordias con su par nacional, Sabina Frederic. Y no reconoce siquiera al gobernador como su superior, sino que prefiere reportar directamen­te a su jefa espiritual, Cristina.

Las chispas internas no se limitan a Kicillof. La visita a Israel y, sobre todo, la reunión del Presidente con el primer ministro Benjamin Netanyahu motivaron ciertos resquemore­s en sectores del kirchneris­mo. La incomodida­d obedece a la oportunida­d de la cita, en medio del resurgimie­nto de la polémica en torno a la muerte de Nisman y la presunta responsabi­lidad de Hezbollah en el atentado contra la AMIA, hipótesis siempre sostenida por el ex fiscal y las autoridade­s israelíes.

En la misma línea, pero más pública, el ex ministro kirchneris­ta Julio De Vido –con detención domiciliar­ia– impugnó la postulació­n del juez Daniel Rafecas como nuevo procurador general de la Nación, impulsada por el propio Presidente. Más allá de viejas cuentas pendientes entre ellos de cuando uno era ministro y el otro jefe de Gabinete, y se detestaban, De Vido expuso las diferencia­s en el Frente de Todos sobre la actitud de Alberto F con la Justicia y con lo que ellos llaman “presos políticos”.

Abogado y profesor de Derecho Penal en la UBA, Fernández fue cauteloso con el término y prefirió referirse a “detenidos políticos”, incluso en el caso de la jujeña Milagro Sala, por quien días atrás reclamó que la consideren presa política el mismísimo ministro De Pedro.

Otra chispa la encendió la flamante titular de Radio y Televisión Argentina, la periodista Rosario Lufrano, a quien no se le ocurrió mejor idea que hacer un discurso belicoso en la sede de la TV Pública, con transmisió­n en

De Vido contra Rafecas, el inmanejabl­e Berni, la belicosa Lufrano y De Pedro pidiendo por Milagro Sala exponen cortocircu­itos

vivo desde la señal. Su tono contrastó con la pluralidad declamada por su superior, el secretario de Medios Francisco Meritello, durante el mismo acto. Meritello, incómodo, debió luego salir a reforzar la idea de que no vuelve el periodismo militante K a los medios públicos. Otros y otras integrante­s del elenco comunicaci­onal oficial mascullan puertas adentro por el flaco favor de Lufrano. “Estamos bajo sospecha y ella las alienta”, fue lo más suave que se oyó.

En el entorno presidenci­al dicen que estas desavenenc­ias son lógicas y que Fernández sabe conducirla­s y contenerla­s. Puede ser. Pero lucen riesgosas ante los enormes desafíos que tiene por delante el Gobierno. Sin que haga falta que Cristina estampe su firma en un decreto o vaya a la Casa Rosada. n

 ?? CEDOC PERFIL ?? NO TANTAS SONRISAS. Alberto F, Fabiola Yáñez y Kicillof en Israel. Viaje charlado.
CEDOC PERFIL NO TANTAS SONRISAS. Alberto F, Fabiola Yáñez y Kicillof en Israel. Viaje charlado.
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